Íbero Mercado Pacheco, de 84 años de edad, murió inusualmente en el barrio Pachelly, de Bello, norte del Valle de Aburrá. Un vecino lo escuchó toser en reiteradas ocasiones, por eso, de inmediato fue a socorrerlo. Sin embargo, ya estaba ahogándose con un trozo de carne, en el momento que se comía un chuzo.

Posteriormente, el vecino trasladó al adulto mayor al Hospital Marco Fidel Suárez, donde ingresó por urgencias e hicieron todo lo posible para extraerle el pedazo de carne que estaba obstruyendo sus vías respiratorias. Sin embargo, ya era muy tarde para salvarle la vida a Mercado. En el momento que lo trasladaban al centro asistencial ya había muerto.

De acuerdo con el reporte de las autoridades. Este hombre sufría de hipertensión y triglicéridos altos, enfermedades que le estaban siendo tratadas con su sistema de salud. El adulto mayor vivía solo en una casa arrendada de este barrio.

Un caso similar se presentó el pasado 4 de octubre de 2021, en el municipio de Copacabana, cuando un hombre murió ahogado con un buñuelo que se comió en pleno parque principal del municipio. El hombre de 43 años de edad, se encontraba con sus amigos y de un momento a otro comenzó a toser y a mostrar dificultad para respirar.

Luego se desmayó en uno de los muros del parque y las personas que se encontraban acompañando lo montaron a un carro y lo llevaron a una clínica, donde minutos después falleció.

Otro caso: hombre murió durante competencia de consumo de morcillas

Sorpresa y opiniones divididas ha despertado un inesperado hecho que tuvo lugar el pasado fin de semana en el municipio de Ubaté, Cundinamarca, pueblo reconocido por su industria láctea, que en 2022, y después de dos años de ausencia, celebró el regreso de las denominadas Ferias y Fiestas en honor ‘al Santo Cristo’. La alegría provocada por las fiestas, desafortunadamente, derivó en una tragedia que hoy enluta al municipio, pues significó el deceso de uno de sus pobladores.

La persona fallecida, según recoge el parte médico, es Luis Eduardo Rincón Ovelencio, un hombre de apenas 55 años, quien se encontraba departiendo en medio de la celebración y quiso participar en una peculiar competencia: un evento de velocidad y apetito: un concurso de comedores de morcilla. Este último, un plato típico del país, que se prepara con el intestino del cerdo.

Mientras se encontraba participando en la competencia, el hombre comenzó a presentar problemas de salud y terminó cayendo de la tarima. Inmediatamente los cuerpos de emergencias del municipio asistieron al enfermo, prestando un servicio de “atención oportuna, en la medida de lo que los recursos disponibles les permiten”.

En ese mismo sentido, y refutando una versión entregada por los familiares, los médicos del centro asistencial negaron que la muerte de Rincón hubiera respondido a un caso de atragantamiento con morcilla, explicando que si bien la manifestación de los problemas de salud coincidieron con su participación en el evento, al paciente le ocurrió un evento de tipo cardíaco y no a un problema de las vías respiratorias y digestivas.

Así, el centro médico, explicó que los estudios póstumos realizados al cuerpo establecieron la ocurrencia de un “infarto agudo al miocardio”, al evidenciar rastros de un “shock cardiogénico”, versión que no es compartida por la familia, que insiste en denunciar que el hombre murió atragantado porque nadie lo asistió oportunamente.