Hasta el 7 de septiembre estará habilitado el pago de las inscripciones para aspirar a un cupo en los pregrados de la Universidad de Antioquia. De acuerdo con el cronograma, el examen de admisión se realizará en octubre donde se distribuirán cerca de 6.338 puestos en las carreras profesionales y tecnológicas.

La oferta de programas vincula a los que están activos en Medellín y en el resto de las sedes que hay en el departamento, al igual que los que se dictan de manera virtual. Para el semestre 2023-1, las personas que se postularán a las carreras que se ofrecen en la ciudad deberán pagar por sus derechos de inscripción 65.600 pesos y en regiones 20.400 pesos.

Ahora bien, los bachilleres que acrediten que son excombatientes de las Farc en proceso de reincorporación o desmovilizados no tendrán que costear este proceso.

Lo mismo se replica en la población indígena y afrodescendientes, siempre y cuando aparezcan en el Registro Único de Víctimas o al programa Generación E del Ministerio de Educación.

Otra de las novedades es que, “en esta oportunidad, el examen de admisión no tendrá puntaje mínimo estandarizado para elegir a los bachilleres, lo que quiere decir que pasaremos de ocupar el 78 al 96 % de los cupos ofrecidos”, anticipó Elvia María González, vicerrectora de Docencia de la Universidad de Antioquia.

Tal como ocurre desde el año pasado, la prueba se podrá presentar de manera virtual o presencial.

Quienes opten por la primera modalidad tendrán que acogerse, entre los días 12 y 23 de septiembre, a los registros biométricos y al simulacro establecido por la institución para garantizar el desarrollo de la evaluación.

Ese examen tendrá lugar el 24 y 25 de octubre y los resultados se divulgarán el 11 de noviembre a través de la plataforma de la UdeA, mismo canal en el que se recibirán todas las solicitudes de postulación para acceder a un cupo en la institución de educación superior.

Paralelamente, el Concejo de la capital de Antioquia dio vía libre para que la Alcaldía implemente el programa de Matrícula Cero como política pública en las universidades que están adscritas a la administración del distrito y la Gobernación.

Es decir, los beneficiarios no tendrán que pagar para acceder a la educación superior y podrán recibir un paquete de sostenibilidad que incluye una cuota de sostenimiento con el fin de garantizar la permanencia durante el semestre.

Los favorecidos no tendrán barreras, dado que ni el estrato socioeconómico ni la edad condicionarán la asignación de la beca. Tampoco se frenará el proceso por tener un título de pregrado o posgrado, contrario a como está diseñado el programa nacional.

De acuerdo con las proyecciones, en los próximos nueve años serán atendidos más de 490.000 estudiantes, cuya inversión representa para el distrito 2.9 billones de pesos que serán administrados por la Agencia de Educación Postsecundaria de Medellín (Sapiencia).

Esa entidad se encargará de unificar todos los fondos que repartía entre los alumnos universitarios de la ciudad, los cuales fueron multiplicados para costear los estragos económicos que hizo el confinamiento generado por la pandemia de la covid-19.

El texto del acuerdo municipal flexibilizó la asignación de la Matrícula Cero para los miembros de la comunidad LGBTIQ+, dado que la Alcaldía asumió que hay una serie de barreras de discriminación que han limitado el ingreso a los programas sociales.

Así las cosas, la exigencia de un período mínimo de residencia en la ciudad para tener la beca será de seis meses para la población trans y un año si desea tener créditos condonables.

De igual manera, se garantizará a este grupo de personas el 30 % de los cupos anuales que se habiliten en las instituciones de educación superior públicas que pertenecen a Medellín. En la lista aparecen el Colegio Mayor de Antioquia, Instituto Tecnológico Metropolitano y la Institución Universitaria Pascual Bravo. Además, la Universidad de Antioquia entró en la baraja de seleccionados.