Al menos seis familias de la capital de Antioquia lograron justicia con la condena que un juez le impuso a Samir Alexander Jaramillo Cartagena, el temido cabecilla de la estructura delincuencial La Sexta, que ordenó homicidios selectivos contra civiles y otros delitos que alteraron el orden público en Medellín a cambio de alcanzar sus intereses particulares.
Alias Samir carga con la muerte de siete personas, seis de esos crímenes se cometieron con personas inocentes que caminaron por una calle que los ilegales tomaron como propia. Las víctimas fueron asesinadas con arma de fuego por cruzar una frontera invisible donde tenía injerencia la red delictiva y, de manera irregular, estaba limitada a conocidos.
Esos hechos tuvieron lugar en los sectores de Belencito y Betania, ubicados en la comuna 13 de la ciudad, entre 2009 y 2012. Por esa época, las líneas rojas fueron marcadas por las organizaciones armadas con el fin de que otro delincuente no amenazaran sus rentas criminales ni los incomodara en ‘su trono’. Varias personas murieron en esa práctica.
“La existencia de las fronteras invisibles entre el 2008 y 2013 son evidencia de que la ciudad de Medellín continuaba siendo un territorio en disputa. Es claro que estas fronteras son establecidas por los actores armados, de acuerdo con el territorio que están disputando, desde varias lógicas”, reveló un informe de la Universidad de Antioquia.
En el período analizado por los investigadores se concluyó que la ciudad tuvo incrementos en las muertes violentas en los barrios que se declararon en disputa, peleados a sangre por su ubicación estratégica y el sometimiento de los habitantes. Es decir, el fenómeno de las fronteras invisibles incrementó la violencia hasta en un 100 %.
Ahora bien, Samir Alexander Jaramillo Cartagena fue capturado el 17 de noviembre de 2018 en un procedimiento realizado por la Policía en el barrio que blindó para la organización de La Sexta. En ese momento, se conoció que intentaba burlar a las autoridades con el uso de una peluca y barba. Igualmente, con una identidad falsa.
En medio del juicio que empezó a caminar en los tribunales de Medellín. Alias Samir aceptó los hechos delincuenciales que descubrió el ente de acusación. Él no se pudo negar ante el material probatorio que recolectó una unidad especial de la Fiscalía en Medellín. En consecuencia, fue condenado a 29 años de prisión tras alcanzar un preacuerdo.
Otro delito por el que fue sentenciado es el homicidio de Aldemar Grajales Obando, alias El Panameño, que sucedió el 7 de abril de 2005. Esta persona se desplazaba en un vehículo particular y fue impactada en varias oportunidades por hombres armados que se movilizaban en una motocicleta.
También fue condenado por un atentado que ordenó cometer contra un menor de edad. El ataque con arma cortopunzante ocurrió el 8 de junio de 2011 cuando el joven se trasladaba a visitar a su abuela en un automotor de transporte público que cruzaba por una de las comunas de Medellín.
En ese sentido, un juez penal especializado lo condenó a 29 años de prisión y lo declaró responsable de los delitos de concierto para delinquir agravado con fines de homicidio; siete casos de homicidio agravo; seis delitos de porte ilegal de armas de fuego de defensa personal; tentativa de homicidio agravado; falsedad material en documento público; uso de documento público falso y falsedad personal.
Este procedimiento judicial se logró en medio de una lluvia de peticiones de las bandas criminales del país para negociar su transición a la legalidad a raíz de la disposición que mostró el gobierno de Gustavo Petro por procesos de paz que tendría como base principal el sometimiento o acogimiento.