Uno de los hombres más buscados de Suramérica fue asesinado a bala en Antioquia y, luego de ser sepultado en un cementerio del Valle de Aburrá, el cadáver fue robado. Su muerte estalló un conflicto urbano en Ecuador sin precedentes. SEMANA revela detalles del crimen, que persiguen investigadores judiciales en Colombia y el vecino país.
El rostro de Júnior Alexánder Roldán Paredes ocupó la atención de las autoridades internacionales cuando escapó de su tierra para esquivar los señalamientos por narcotráfico, extorsión y sicariato que habría protagonizado desde la dirección de los Águilas, una temida organización delincuencial que se mueve en las calles y cárceles. Él cruzó la frontera y se refugió en una montaña de Fredonia, un municipio cafetero paisa, que transformó en un centro de operaciones para coordinar acciones sangrientas y afianzar su negocio con las drogas.
En una noche de parranda, murió en medio de una disputa por las trabajadoras sexuales que habría contratado para que pasaran por las camas de los asistentes. La familia reclamó el cadáver, otorgándole un poder a una funeraria, y se le dio sepultura en un camposanto de Envigado.
Después de cuatro meses en el ataúd, sujetos desconocidos destaparon la tumba y robaron los restos sin dejar huella de su paradero. La Fiscalía abrió una indagación por el presunto delito de irrespeto a cadáver. Júnior Alexánder Roldán Paredes no dejó una herencia escrita y el liderazgo que alcanzó en los Águilas, una fracción de los Choneros, está en disputa. Sus hombres se pelean a sangre y fuego en Ecuador.
El expediente de JR
Júnior fue bautizado con el alias de JR. Su incursión en el mundo delictivo comenzó a temprana edad y fue detenido a los 19 años por un robo. En 2009 enfrentó cargos por homicidio. Después de esto, se emitieron cuatro acusaciones relacionadas con asociaciones ilícitas.
“Es crucial destacar que Júnior era el líder de los Águilas. Esto ocurrió después del asesinato de Jorge Luis Zambrano en diciembre de 2020, cuando JR y alias Fito asumieron el liderazgo. Esta transición no fue aceptada por todos los miembros, lo que resultó en la división de la organización en varios subgrupos”, reportó la Policía de Ecuador a SEMANA.
Roldán Paredes coordinó esta lucha desde su celda y logró reunir a 1.500 personas con el fin de defender sus intereses en las calles; en la cárcel unió a 2.000 presos. Con estas capacidades, fue acusado de más de 20 homicidios y múltiples asonadas en el interior de los penales. Incluso, habría tenido injerencia en la segunda masacre carcelaria reportada en Ecuador el pasado 21 de julio de 2021. Allí fallecieron 22 reclusos: los Águilas se unieron con los Choneros para acabar con los Tiguerones, quienes buscaron alianzas con los Lobos.
Fuentes judiciales consultadas por SEMANA, cuya identidad sugirieron omitir por las críticas condiciones de seguridad que golpean al vecino país, afirmaron que Júnior Alexánder se llevó muchos secretos a la tumba que habrían facilitado el esclarecimiento de múltiples crímenes.
En búsqueda de libertad
Aún no está claro cómo JR intentó alcanzar la libertad en 2022. En abril de ese año, su defensa alegó que tenía hipertensión arterial, diabetes mellitus, hígado graso y cirrosis hepática. Un juez lo envió a un hospital y, más tarde, clamó para ser protegido por las autoridades porque temía por su vida.
Por todo esto se le otorgó casa por cárcel. Tras cumplir con el 40 % de la condena, le pusieron un grillete y se le abrieron las puertas para que pudiera circular en prelibertad. Al siguiente semestre, fue sorprendido en las calles con varias armas de fuego y, en medio de la congestión vehicular, no le importó atacar violentamente a las tropas.
Este incidente permitió la captura de 30 hombres de su esquema de seguridad. En los automotores, algunos blindados, se encontraron fusiles, pistolas, granadas y municiones. JR volvió a aparecer en las redes sociales el 16 de marzo de 2023 cuando se registró una intensa balacera en la provincia de Guayas. Se comprobó que Júnior Alexánder junto con otros cuatro sujetos quedaron heridos.
La Policía activó un “código plata” para rastrearlo en los hospitales de la región como medida de seguridad para el personal de la salud. Sin embargo, él se quitó el brazalete electrónico y se convirtió en prófugo de la justicia.
Desde ese país se le advirtió al mundo que estaba suelto y podría causar graves estragos, por lo que era necesaria su detención.
La llegada a Colombia
JR conoció las entrañas de Colombia por la segunda mujer que llegó a su vida y con la que tuvo un hijo. A juicio de los investigadores, él aterrizó en Antioquia para afianzar su red de narcotráfico con las bandas locales o evitar ser asesinado por los grupos contrarios. Las dos hipótesis son materia de estudio y tendrían el mismo peso en el análisis.
Bajo circunstancias desconocidas, se instaló en la vereda El Mango del municipio de Fredonia. Allí organizó una fiesta con ecuatorianos y colombianos. En el expediente se asegura que dos trabajadoras sexuales cruzaron la frontera para estar con él, al igual que sus hombres de mayor confianza para que le cuidaran la espalda.
Una fuente conocedora de la investigación afirmó: “Ahí se habría dado un altercado producto de que, al parecer, Júnior trató de abusar o intimar con otras mujeres que se encontraban en dicho evento. Se produce un altercado con un colombiano y una balacera en el interior de la finca. La gente se va y alguien sigue a Júnior y lo victima”.
La Policía Nacional recogió el cadáver en la zona rural y el misterio sobre su identidad fue resuelto con el análisis de las huellas dactilares y los tatuajes. El Ministerio del Interior ecuatoriano señaló que alias JR era uno de los blancos de gran interés para el Estado.
Todas las miradas judiciales darían cuenta de un crimen pasional. Sin embargo, alteró las hipótesis el episodio del pasado 12 de septiembre, en el que intrusos entraron al cementerio de Envigado y robaron el cadáver que estaba en la bóveda 30.
Las autoridades del vecino país tienen dos argumentos para explicar el suceso. En primer lugar, el cuerpo habría sido recuperado por sus familiares para darle sepultura en un sitio diferente. El segundo mostraría que el grupo con el que batalló en Ecuador se desplazó hasta Antioquia para certificar que Júnior Alexánder Roldán Paredes estaba muerto. La Fiscalía, que controla la investigación, no ha localizado el cadáver.
Mientras se esclarece su homicidio y el rapto de los restos, en Ecuador se están matando por el poder que construyó. En un fin de semana podría tener ganancias superiores a los 500.000 dólares producto de la venta de heroína y otros estupefacientes.
Paralelamente, en Medellín y sus alrededores se les sigue la pista a otros supuestos cabecillas, que ven un paraíso en las montañas paisas. Allí, en lo que va de este año, han identificado a presuntos capos europeos, suramericanos, oceánicos y norteamericanos, en su mayoría vinculados con el tráfico de drogas.