Los dueños de lo ajeno volvieron a tener protagonismo en las últimas horas en el Valle de Aburrá: dos sujetos amordazaron a los empleados de una compañía de valores y los retuvieron al interior del vehículo, donde movilizaban 200 millones de pesos en efectivo. Las autoridades están tratando de identificar a las personas que protagonizaron el delito.
De acuerdo con la información suministrada por las autoridades, el carro estaba estacionando mientras los funcionarios estaban realizando tareas dentro del automotor. En medio de un supuesto descuido, tres delincuentes ingresaron a la parte trasera y les apuntaron con un arma de fuego.
Una vez tuvieron el control de la situación, les arrebataron la pistola y escopeta que tenían en las manos los vigilantes. Después los amarraron mientras el carro estaba encendido y con las luces apagadas.
Ante las dudas que sembró en la zona, los habitantes llamaron la atención de la Policía Nacional que acudió al sitio donde encontró con la escena: el carro con las luces, los funcionarios amordazados y los fleteros se llevaron las armas. De momento, se desconoce la cantidad de dinero con el que huyeron.
El jefe de la Sijín en el Valle de Aburrá, teniente coronel Ferney Martín, indicó que dentro del vehículo había 33 bolsas que contenían el dinero en efectivo. Sin embargo, no encontró mayores detalles de las investigaciones que se están adelantando para no alterar el proceso judicial que ya arrancó con la visualización de las cámaras de seguridad.
“Hicimos unas labores de campo que es lo que nos faculta la norma. Hicimos un conteo previo de lo que se mencionó en el evento. El protocolo dice que ese conteo debe hacerse dentro de las instalaciones de la empresa. Hicimos un balance de cuántas recolecciones hicieron entre el día, eran 33 bolsas”, afirmó el oficial.
En medio del proceso hay dudas sobre la acción delincuencial porque la puerta de los carros de valores está camuflada con medidas de seguridad que complican este tipo de hurtos. El coronel señaló que solo se puede abrir desde la parte de adentro, no desde afuera, como se presume que ocurrieron estos hechos en la subregión.
Según los datos del Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo de la Policía Nacional, durante el 2022, las entidades bancarias han sido víctimas de los delincuentes en 60 oportunidades en todo el país. Aunque el delito es más frecuente en Atlántico, Antioquia suma seis incidentes en Yondó, Medellín, La Ceja, Sonsón y Gómez Plata.
Otro caso
En la noche del pasado lunes se registró un atraco de película en el barrio El Poblado de la capital de Antioquia. Dos personas que estaban saliendo de un establecimiento comercial fueron abordados por delincuentes disfrazados de domiciliarios. En medio del forcejeo, los ladrones se llevaron un bolso con dinero y elementos tecnológicos de alto valor.
Todo empezó cuando las víctimas estaban dentro de una camioneta blindada. Una vez los ladrones les apuntaron con armas de fuego y les emitieron palabras violentas, entregaron los objetos que fueron requeridos. Cuando los cedieron ante la mirada amenazante de la pareja de ilegales, inició una persecución por las calles de la comuna 14.
Las dos personas tomaron la decisión de perseguir a los fleteros que se transportaban en una motocicleta. En medio del fugaz recorrido, se unió la patrulla de la Policía Nacional que estaba en el sector luego de que la comunidad emitiera una alerta urgente por el delito que acababa de ocurrir en el exclusivo barrio El Poblado.
Los uniformados fueron recibidos con disparos de los ladrones que, ante la presión del operativo, frenaron su recorrido. Las personas que se movilizaban por la zona no tuvieron más remedio que correr para esquivar el cruce de balas que se armó mientras los delincuentes trataban de distraer a los miembros de la institución.
La emergencia terminó a las 10:00 p. m. en la carrera 29ª con la calle 7 con la detención del sujeto que estaba conduciendo la motocicleta, el otro logró huir en medio de la persecución. En imágenes registradas por la comunidad se ve al hombre con un uniforme de la compañía Rappi, con el cual se pretendía blindar de las autoridades.