El Instituto de Estudio para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) denunció la muerte violenta de un líder social en el municipio de Ituango, Antioquia. La víctima fue identificada como Ricardo Antonio Valderrama y era miembro de la junta de acción comunal de la vereda El Bosque. Las autoridades locales advierten sobre un recrudecimiento de las violencias.

La pesadilla empezó el pasado 17 de octubre, cuando el activista habría sido secuestrado por integrantes de la organización delincuencial del Clan del Golfo. Al parecer, los ilegales llegaron hasta su residencia y lo obligaron a acompañarlos sin mostrar reparos. Seis días después apareció su cadáver con impactos de bala en la zona rural de esta localidad.

El mandatario local de Ituango, Edwin Mira Sepúlveda, detalló que el proceso de investigación evidenciaría un supuesto ajuste de cuentas como el determinador de este crimen. Supuestamente, el grupo armado tomó la decisión de retenerlo a cambio que uno de sus familiares se presentara, a razón de que era señalado de extorsionar a campesinos.

También lo estarían buscando porque habría estado enfilado en las disidencias de la Farc. Por lo que pretenderían que con el secuestro de Ricardo Antonio Valderrama lo presionarían. Sin embargo, ocurrió todo lo contrario, de acuerdo con la información que han podido recolectar las unidades de la fuerza pública que le pusieron la lupa al caso.

“Una de las razones por la cual lo detuvo este grupo armado ilegal, esperando que apareciera, es que él [familiar] hacía parte de las disidencias de las Farc. El cual estaba extorsionando esos días. Entre Santa Rita y La Granja, lo encontraron muerto. Hablando con la Sijín, el señor presentaba cuatro impactos de revólver y no fue torturado”, dijo.

Ahora bien, esta población está cobijada con una alerta temprana emitida por la Defensoría del Pueblo, donde advierte sobre los riesgos a los que están expuestos los líderes sociales por el accionar delictivo de los grupos armados, a razón de que son señalados por los ilegales como colaboradores o simpatizantes del otro bando.

Con base en las estadísticas del Instituto de Estudio para el Desarrollo y la Paz, en lo que va corrido de este año, en Ituango han sido asesinados dos defensores de los derechos humanos. Los crímenes ocurrieron el 7de agosto, donde murió Ferdi Leandro Tapia y Uber Eliecer Tapias Jaramillo. También el excombatiente Arley de Jesús Graciano.

En esta zona están en fuerte confrontación los hombres de las disidencias de las Farc y el Clan del Golfo. Según el reporte emitido por las autoridades locales, los dos bandos están peleando a muerte por el control territorial. El motivo de disputa son las rutas del narcotráfico, la producción y comercialización de estupefacientes, igual que la minería.

De eso da cuenta el número de muertes violentas, y así lo relaciona el Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo de la Policía Nacional. Desde el primero de enero y el 30 de septiembre, se reportaron cerca de 27 homicidios. De igual manera, hay denuncias por desplazamientos y amenazas a la población civil.

Este escenario violento también hace eco en otras subregiones del departamento de Antioquia. En los municipios del nordeste los ilegales también sostienen combates con el fin de acaparar más terreno que el grupo contrario. En esa lucha está el Clan del Golfo, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el frente 36 de las disidencias de las Farc.

Estos territorios también están respaldados por una alerta temprana del Ministerio Público, dado que las poblaciones podrían estar en riesgo ante la arremetida de los violentos. Las personerías han recibido alertas por instrumentación de menores de edad en medio del conflicto, secuestros, intimidaciones y homicidios selectivos.