La Fiscalía General de la Nación informó que, un juez de control de garantías envió a prisión a los seis capturados tras la desaparición del menor Maximiliano Tabares en Antioquia, entre los que está la mamá, la abuela y el padrastro del menor. Estos serían los presuntos responsables de realizar ritos satánicos al niño con el fin de encontrar guacas de oro.
De acuerdo a una información preliminar, estas personas serían enviadas a diferentes cárceles de máxima seguridad del país, con el fin de evitar que atenten contra sus vidas. Esta audiencia se desarrolló a puerta cerrada en el Juzgado Promiscuo Municipal de Cisneros, Antioquia desde la 1:00 de la tarde, hasta las 8:00 de la noche.
Cabe recordar que el pasado lunes 24 de octubre les imputaron diferentes delitos, pero todos se declararon inocentes de este caso que tiene conmovido e indignado a todo un país.
A Fabio Andrés Carmona Ramírez, alias El Líder y padrastro del menor, le imputaron los delitos de desaparición forzada agravada y tortura. A Sandra Patricia Cano, la madre del menor, por los delitos de desaparición forzada agravada a título de autora y tortura a título de cómplice.
Robinson Smith, alias el Meditador, fue judicializado por el delito de desaparición forzada agravada y tortura a título de cómplice, al igual que a la abuela, Damaris Estela Pérez Escalante, alias Mary, por estos mismos delitos.
La tercera pareja en la judicialización es Susana Ceballos, alias La Sumisa, por los delitos de desaparición forzada agravada y tortura a título de cómplice, y Fabián Alberto Monsalve, cómplice de tortura.
Estas personas fueron capturadas el pasado 21 de octubre por integrantes de la Policía en los municipios de Bello y Segovia. El temido grupo practicaría ritos satánicos con el objetivo de encontrar señales que los llevara al punto exacto donde estarían supuestas guacas de oro en las montañas de la región. En los relatos recopilados por los investigadores, los habitantes dieron cuenta de que sus integrantes cavaban en la tierra repetitivamente para hallar los elementos valiosos.
Los elementos de prueba indican que ‘Los Carneros’ estarían involucrados en actos violentos y desmedidos contra otro señalado integrante del grupo a quien, presuntamente, le propinaron quemaduras, y lesiones en los genitales y distintas partes del cuerpo. En los procedimientos se incautaron siete celulares; además de un muñeco, libros y objetos usados para prácticas de santería.
La desaparición del niño Maximiliano Tabares
El relato de un exintegrante de la supuesta secta satánica de Los Carneros es la pieza clave que tienen las autoridades para esclarecer la desaparición de Maximiliano Tabares Caro, el niño de seis años que se perdió en el municipio de Remedios. La Fiscalía señala a la agrupación como la presunta responsable. Entre las personas acusadas está su madre.
El principal testigo se unió al grupo en 2021. Ingresó por invitación del padrastro de la víctima. Él le describió que la tribu tenía como objetivo principal encontrar guacas en la región. Es decir, tesoros escondidos bajo la tierra para hallar piezas valoradas en los mercados. Sin embargo, se retiró en el camino por la crueldad de los encuentros.
Alcanzó a vivir en carne propia los sacrificios que hacían para encontrar las señales que les enviaban supuestos espíritus con el fin de ir a los puntos exactos donde estaba el oro. Esa tarea estaría siendo obstaculizada por el hijo de una de las integrantes y compañera sentimental del sujeto que llevaba la batuta en la secta, Maximiliano Tabares Caro.
Este hombre habría recibido un mensaje de sus dioses en el que le advirtieron sobre un mal que estaba dentro del cuerpo del niño, y que no estaría dejando prosperar el negocio. En consecuencia, citaría a sus súbditos para sacarle el espíritu al menor de edad. Ese encuentro estaba agendado para el 20 de septiembre, al otro día se reportó la desaparición.
“El líder me abordó y me dice que yo debo volver a la tribu. Me citó para que en la noche de ese mismo 20 de septiembre fuera a la casa de Damaris (abuela de la víctima), que allí nos reuniríamos porque el espíritu le dijo que Maximiliano lo estaba obstaculizando para que no encontraran las guacas. Yo no asistí”, detalló el testigo ante la Fiscalía.
Pero las revelaciones fueron más allá. Este sujeto explicó que duró varios meses dentro de la secta satánica. Dio un paso al costado recientemente por los dolores que le estaba imponiendo el líder. Supuestamente, para llamar a los dioses a los que veneraban con el propósito de recibir las guías del camino, debían soportar tratos humillantes.
En siete oportunidades sufrió quemaduras por las marcaciones que le hacían con cuchillos, calentados previamente con el soplete con el que funden el oro. Con base en sus palabras, el arma blanca la habrían puesto en el fuego y luego dibujaban sobre su cuerpo un signo de cruz. También recibió varias filtraciones de agujas en sus testículos.
“En una ocasión me obligó, en medio del culto, a tener relaciones sexuales. Me retiré porque los tratos que recibía por parte del líder no me gustaban, eran tratos crueles. Me parecía que no concordaban con lo que él, inicialmente, me había dicho, que era para buscar guacas”, afirmó el exintegrante de Los Carneros frente a las autoridades.