La Sociedad de Activos Especiales tomará el control de una lujosa vivienda que habría sido comprada por Pablo Escobar con dineros del narcotráfico. El inmueble está avaluado en 12 mil millones de pesos y era administrado por uno de los hermanos del excapo.
Roberto Escobar, conocido con el alias de ‘Osito’, convirtió la propiedad en un museo y puso en vitrinas los objetos que usó en vida su hermano Pablo. El sitio era visitado frecuentemente por extranjeros y él se encargaba de contar la historia del conflicto en primera persona.
Aunque el inmueble habría sido heredado a varias personas, la Fiscalía sospecha que él habría puesto en marcha varias acciones para mantener el dominio sobre el terreno. Al parecer, habría logrado que en los registros públicos figurara una mujer como dueña.
En fotografías captadas por agentes de la Policía Judicial, se observa reiteradamente el rostro del narcotraficante, una réplica del carriel que habría portado en algún momento, imágenes de cera, una motocicleta de la época y un carro antiguo.
Allí también tendría una estantería donde se habría comercializado supuestas fotocopias de las reliquias familiares de Escobar. Los turistas se las llevaban con la firma de Roberto y las exhibían en las redes sociales para dar cuenta de la visita al círculo cercano del líder del Cartel de Medellín.
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La vivienda está ubicada en el barrio La Asomadera 2 y ha sido objeto de múltiples inspecciones. Además de la adelantada por la Fiscalía, en julio se ordenó la demolición de una parte de la infraestructura porque no tenía las autorizaciones.
“De acuerdo con la orden, impuesta por la Inspección de Policía 9B, el predio tenía una construcción de dos plantas que no contaba con los permisos necesarios para su funcionamiento, edificación y apertura al público”, relató la Alcaldía.
Aunque los propietarios usaron todas las vías legales para esquivar la intervención, un juez dio la última palabra y ordenó tumbarlo. También se les advirtió que seguirían los procesos constitucionales para determinar si podría ser objeto de alguna sanción extra, como pasó.
Familiares de Pablo Escobar se enfrentan “casi a muerte” por sus museos
Una parte de esta propiedad fue demolida por las autoridades y destapó una pelea a muerte que libran dos de los parientes que fueron más cercanos al capo: un hermano y un sobrino se enfrentan por una parte de su herencia para exponerla al mundo.
En un lado está Roberto Escobar, alias Osito, el mayor de la familia Escobar Gaviria, quien se ganó la confianza de Pablo para acompañarlo en sus actividades. Cuando pagó sus deudas con la justicia, construyó irregularmente una galería para arrumar los objetos que tienen el sello del narco y contar, desde sus vivencias, cómo fue su paso por la Tierra, a cambio de dinero.
En ese negocio lo escoltó su hijo, Nicolás Escobar. Ambos acomodaron en ese sitio, ubicado en el exclusivo sector de Las Palmas, algunos elementos que tuvieron un valor especial para el jefe del cartel de Medellín. Hasta junio de 2018, el proyecto adquirió fama y reunió a cientos de extranjeros que viajaron a Colombia para escuchar los relatos.
Por ese mismo tiempo, Roberto calificó a la madre de su primogénito como “puta” y estalló la relación: “Hasta hoy sos mi padre”, le alegó el hombre. De inmediato abandonó el museo y montó su propia versión, aunque con objetos no originales. Cuando intentó retornar al lugar que quedó en manos de su padre, los empleados de él le informaron que no lo hiciera porque estaba sentenciado a muerte. Según dijo, el Osito “les dio la orden a sus trabajadores de que, si yo volvía a ingresar, me mataran”.
Desde entonces, supuestamente, las intimidaciones no han parado e incrementan cuando Nicolás reclama los objetos que, siendo niño, usó frente a su tío para instalarlos en su propio negocio: “Si es tan berraco, ingrese y quítemelas”, le habría dicho el Osito.
Sin embargo, la situación ha subido de tono desde 2022. Nicolás denunció ante el Gaula de la Policía, con pruebas en mano, que varias organizaciones que delinquen en la capital de Antioquia han llegado hasta su galería para amenazarlo: “Han ido más de cuatro grupos delincuenciales a atemorizarnos, mandados por Roberto Escobar Gaviria”.
En una de esas visitas, le habrían exigido 500.000 euros para blindarse de cualquier acción que pudiera terminar con su vida, algo más de 2.000 millones de pesos. En el episodio más reciente, alias Osito se habría trasladado hasta el museo de su hijo para dejarle un paquete intimidatorio, tal como Pablo Escobar lo hizo cientos de veces.
Nicolás teme por su vida. Entre sus planes está reescribir la historia de su tío para hacer contrapeso a las narraciones de la televisión, cuyas versiones considera como mentiras. Aunque cree que sus sueños podrían ser desechados en cualquier momento: “Todo quedará plasmado en los libros, si Dios me presta la vida, si no es que me la quitan antes”.