Moreed Noor aterrizó en Medellín en 2018 proveniente de Australia y, durante seis años, edificó una vida de multimillonario que llamó la atención de las autoridades. Cuando se les puso la lupa a sus finanzas, quedó al descubierto una supuesta red ilegal.
Al parecer, con el lavado de activos y concierto para delinquir, multiplicó la economía del hogar que construyó con una ciudadana colombiana y alcanzó a favorecer a sus allegados, quienes formalizaron varias empresas para darle apariencia legal a la plata.
Una vez la Fiscalía recopiló el material probatorio para judicializarlo por los presuntos delitos, los investigadores inspeccionaron la residencia que el capo adquirió en un exclusivo sector de la ciudad y se llevaron una gran sorpresa por las excentricidades.
El extranjero tenía un ascensor, piscina, polígono y un cuarto de pánico. También 70.000 dólares americanos, 398 millones de pesos y 4.055 dólares australianos. Paralelamente, celulares, discos duros y computadores con documentos valiosos.
En la lista de sus bienes aparecen tres sociedades, una embarcación, tres residencias y automotores, once de ellos son vehículos de alta gama y maquinaria amarilla. Todo esto fue avaluado por las autoridades, preliminarmente, en 3.700 millones de pesos.
Mientras avanzan las investigaciones en contra de alias Robin, como distinguirían al australiano, las propiedades serán administradas por la Sociedad de Activos Especiales y el Fondo Especial de la Fiscalía, tal como lo indican sus competencias.
Junto a Noor, deberán responder por los supuestos delitos de lavado de activos y concierto para delinquir cuatro personas más: Brissa Daniela Trejos (su compañera sentimental), María del Pilar Vélez, Hernán de Jesús Pulgarín y Paula Andrea Restrepo.
¿Qué se sabe de la organización?
El sujeto es señalado como el autor intelectual de una red de drogas y crimen. Su aprehensión fue el resultado de un trabajo conjunto entre las autoridades tanto suramericanas como de Australia y, de acuerdo con lo informado por 10 News First Perth, se incautó más de un millón de dólares de las posesiones que había amasado.
La Policía de la nación oceánica detalló que su captura estuvo sujeta a riesgos, por lo cual se “formó efectivamente un perímetro” para garantizar que los agentes “no pudieran ser blanco de tiroteos desde vehículos en movimiento”, dijo el comandante de esa institución australiana, Graeme Marshall, referido por 7NEWS.
El funcionario consideró que “Colombia es un lugar peligroso. Es un entorno muy diferente al que operamos aquí”; sin embargo, resaltó el “apoyo y ayuda para generar este resultado” por parte del país suramericano.
De acuerdo con 7NEWS, el superintendente de detectives, John Hutchison, afirmó que “siempre tenemos como objetivo eliminar a las personas que se encuentran más arriba en la cadena (más) que a los mensajeros de bajo nivel (....). Creemos que hemos llegado a una persona bastante alta en el sindicato”.
Hutchison apuntó a que el australiano pudo pensar que podría cometer ‘indefinidamente’ más delitos, pese a estar fuera de Oceanía, pero precisó: “No puedes correr y no puedes esconderte”. Además, se le acusará de haber aportado al “daño comunitario” en Australia occidental.
Luego de tres años de labores de inteligencia, y gracias a un trabajo articulado entre el Ejército, la Fiscalía y la Policía de Australia (Australian Federal Police), las autoridades desmantelaron una poderosa organización criminal de alcance internacional dedicada al narcotráfico y al lavado de activos.