El director de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional, el coronel Juan Pablo Cubides, habla en SEMANA y revela detalles de la redada que adelanta para atrapar a pedófilos extranjeros. Detrás del fenómeno criminal se esconden poderosas redes de trata de personas y oscuros negocios que afectan a los más pequeños.
SEMANA: ¿Hoy cómo está el fenómeno de explotación sexual comercial de menores de edad en Colombia?
Juan Pablo Cubides (J. C.): Se han presentado 23 casos por este delito, se evidencia un aumento de 12 casos. Medellín, con nueve casos, sería la ciudad con mayor afectación, seguida (por los departamentos) de Bolívar, Guaviare, Huila y la ciudad de Bogotá, con dos casos, respectivamente.
SEMANA: ¿En cuáles ciudades hay redes de trata de personas?
J. C.: Las principales ciudades donde se ha visto este problema son Medellín, Cartagena y Bogotá, con las siguientes modalidades: captación a través del engaño, falsas promesas y acceso de menores de edad a través de sus padres.
SEMANA: Las organizaciones delincuenciales tienen un papel clave en estos delitos, ¿cuál es?
J. C.: Estas organizaciones han replanteado su accionar delictivo fortaleciendo el consumo dentro de las ciudades, lo que lleva a una proliferación de redes delictivas, ofreciendo paquetes sexuales a través de internet y los comentarios del voz a voz que dan cuenta de las experiencias de otros viajeros. Estos hechos se convierten en factores determinantes en el momento en que los turistas deciden escoger un destino en Colombia.
SEMANA: En ese paquete también se suman los estupefacientes, ¿verdad?
J. C.: Las prácticas de explotación sexual se articulan con otros mercados ilegales como el narcomenudeo. Existe una cadena de valor de tráfico de estupefacientes y la oferta de servicios sexuales de menores, en la medida en la que se ofrece la droga al turista, pero también al proxeneta.
SEMANA: El fenómeno es alarmante en Medellín, ¿cómo operan allí?
J. C.: Medellín se ha convertido en una de las ciudades más atractivas para visitar por extranjeros en búsqueda de servicios sexuales. Las vulneraciones de las que son víctimas las mujeres las camuflan en extravagantes fiestas donde hay licor, música y comida de lujo, a cambio de tener cercanía con los hombres que asumen los gastos. Estos hechos ocurren frecuentemente en el barrio El Poblado y sus alrededores.
SEMANA: ¿Los extranjeros son los principales pedófilos en el país?
J. C.: En su mayoría son extranjeros. Hay que decir que acá en Colombia nosotros tenemos un récord importante de capturas: 350 abusadores en el primer trimestre y, cuando capturamos a estos delincuentes, rescatamos a más de 600 adolescentes.
SEMANA: ¿Cuántos turistas extranjeros han sido capturados por este fenómeno criminal?
J. C.: En cuanto a las acciones operativas en contra de extranjeros vinculados a hechos de afectación a la integridad, libertad y formación sexual de niños, niñas y adolescentes, son diez capturas de personas de Estados Unidos, México, Venezuela e India.
SEMANA: ¿Cuál es el perfil de estos hombres?
J. C.: Son personas entre 35 y 50 años, son generadores de confianza y tienen algunas condiciones económicas, las cuales les permite a ellos generar ofrecimientos de tipo económico a nuestros adolescentes.
SEMANA: ¿Cómo se da el primer contacto con los menores de edad?
J. C.: Son abusadores sin rostro. Lo hacen a través de las fuentes abiertas, las redes, que les permiten una comunicación en tiempo real.
SEMANA: ¿Ellos tienen informantes en Colombia?
J. C.: Ellos tienen una red, ellos mismos se conocen, ellos mismos se pasan los nombres de las personas que les pueden facilitar los adolescentes.
SEMANA: ¿Proxenetas?
J. C.: Hay unos facilitadores del delito. Son mujeres proxenetas y traficantes de personas que entran en contacto por medio de redes sociales e intentan ofrecer adolescentes y esperan un beneficio económico. Después, nuestros adolescentes entran en contacto directo con los depredadores sexuales.
SEMANA: ¿Cuánto dinero piden las proxenetas?
J. C.: Ellas están pidiendo entre 100.000 y 300.000 pesos por una adolescente que se les presente. Aquí, lo grave es que esta misma adolescente puede ser violentada en varias oportunidades durante un día.
SEMANA: ¿Cuánto dinero reciben las menores de edad?
J. C.: Las interceptaciones hechas con la Fiscalía y las autoridades internacionales demuestran que hay un incentivo económico. Buscan a las niñas y las motivan diciéndoles que les van a entregar dinero, entre 100.000 y 300.000 pesos, y equipos celulares de alta gama.
SEMANA: ¿Buscan la virginidad de las niñas?
J. C.: Eso es lo que indican las conversaciones, eso es lo que estos depredadores buscan de nuestras adolescentes.
SEMANA: ¿Cómo se mueven las proxenetas?
J. C.: Envían a adolescentes a hablar con niñas de menos de 14 años a ofrecerles estas condiciones. Quieren ubicar a niñas de escasos recursos económicos, van por colegios, van por los barrios.
SEMANA: ¿Cuál es el perfil de las víctimas?
J. C.: Un menor que no ha sido acompañado en su formación desde la gestación. A las mamás gestantes las estamos acompañando y diciendo el grado de responsabilidad que asumen al tener ese hermoso regalo en su vientre.
SEMANA: En Medellín hay un alza notable en las denuncias por estas situaciones, ¿a qué se debe?
J. C.: Esta lluvia de denuncias para nosotros son un muy buen síntoma. ¿Por qué? Porque la comunidad está esperanzada en todas las actuaciones que hace la Policía. La comunidad cree en el resultado que tiene la Policía frente a la protección de los niños, niñas y adolescentes. El trinomio es claro: Policía, autoridades y comunidad.
SEMANA: Han adelantado varios operativos en Medellín, ¿qué han hallado en las habitaciones de estos pedófilos?
J. C.: Se han encontrado elementos muy importantes como estupefacientes, licor, computadores y celulares (en los) que, a la hora de hacer su verificación con nuestra Fiscalía, se encuentran pruebas muy importantes.
SEMANA: ¿Cuáles pruebas?
J. C.: Hemos identificado algunas responsabilidades. Hemos identificado más pedófilos, más delincuentes y quiénes son los que les facilitan a ellos el delito.