Si se mide la seguridad de Medellín con base en el número de homicidios registrados hasta este 9 de marzo, las calles más peligrosas estarían ubicadas en la zona del centro. Las autoridades están tratando de erradicar el tráfico de estupefacientes y los hurtos, entre otros delitos que alteran el orden público en el sector más visitado de la ciudad.
El Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia señala que, en lo que va corrido de 2023, las autoridades han encontrado 14 cuerpos sin vida en la comuna de La Candelaria. Mientras que, en el mismo período del año anterior, hallaron 19. Es decir, hay un saldo a favor del 26 %. Pero las alarmas siguen encendidas.
Buena parte de los crímenes podrían estar relaciones con actos de intolerancia, robos y confrontaciones internas entre las estructuras ilegales que concentran sus operaciones delincuenciales en esos barrios. Además de las drogas, se tiene el reporte del cobro de extorsiones, explotación sexual comercial de menores de edad y desplazamiento forzado.
El Observatorio de Derechos Humanos del Instituto Popular de Capacitación (IPC) indicó que el hallazgo no es nuevo y tendría relación con múltiples factores. El argumento que más pesa en el análisis es que La Candelaria es la zona del Valle de Aburrá, donde más se mueven las personas. Por ejemplo, en un día normal, circulan más de un millón.
Los dueños de lo ajeno se aprovechan de la multitud para arrebatar las pertenencias. Ellos no actuarían bajo la sombrilla de un grupo ilegal, sino que responderían a la delincuencia común. Los equipos tecnológicos y el dinero son los elementos más apetecidos en el centro. Además de la Policía Nacional, 40 grupos de seguridad privada los perseguiría.
El IPC señaló que todavía “operan las convivir” y los financiadores, supuestamente, serían los comerciantes. Ellos les entregarían dinero a las grandes organizaciones a cambio de un ambiente tranquilo de seguridad. Según estudios de la entidad, cada unidad tendría a cargo una manzana. Aunque otros empresarios estarían sometidos a esos pagos.
El exsecretario de Seguridad de la capital de Antioquia, Andrés Tobón, detalló que la vigilancia estaría a cargo de La Terraza y Caicedo, entre otras estructuras del Valle de Aburrá. Ellos tendrían el objetivo de terminar con los robos, pero compartirían fuertes tensiones por el control territorial de las plazas de vicio y el cobro de extorsiones.
La lista de comunas más inseguras es complementada con Aranjuez, Belén, Robledo, Villa Hermosa, Manrique, Doce de Octubre y Castilla. En esos sectores también hay presencia de estructuras delincuenciales que tienen la intención de transitar a la legalidad y están inscritas en el proyecto de la ‘paz total’ que impulsa el Gobierno nacional en la subregión.
Ahora bien, la Alcaldía informó que, en el mes de febrero, la ciudad tuvo una reducción del 10 % en el delito de homicidio con 26 casos documentados. Este hallazgo la llevó a concluir que el mes de febrero que acabó de pasar ha sido el menos violento de la última década, con base en la medición estadística de las autoridades judiciales.
“Tuvimos reducción en las lesiones personales en 47 %, el hurto a personas en un 19%, el hurto a residencias en un 20 %, entre otros indicadores. Este es el resultado de los consejos de seguridad que realizamos aquí para tomar medidas en el distrito de Medellín”, dijo el secretario de Seguridad y Convivencia, José Gerardo Acevedo Ossa.
Para seguir retomando el control, se le pidió a la dirección de la Policía Nacional que aumente el número de uniformados. El alcalde Daniel Quintero Calle advirtió que “nos quitaron 700 hombres y solo nos han devuelto cien. Nos han prometido que nos van a devolver el resto. Ellos están exhaustos, están trabajando a doble máquina”.