Una mujer lideró el más reciente golpe que el Ejército Nacional le propinó a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) en las montañas de Antioquia. SEMANA conoció la historia que llena de orgullo a la institución.
La subteniente, cuya identidad se omite por motivos de seguridad, vivió su primer combate de encuentro en la Troncal de Occidente con el acompañamiento de 16 uniformados. Ella tuvo que esperar seis años de formación para liderar la operación.
La encrucijada llegó cuando perseguía en la zona rural del municipio de Valdivia a presuntos integrantes de la subestructura Julio César Vargas del Clan del Golfo que, 24 horas antes, había perdido a su máximo cabecilla.
Los soldados fueron recibidos a disparos y la comunidad registró en las redes sociales el estruendo del enfrentamiento. Detrás del incidente estaba la experiencia de la militar. Ella usó todas las maniobras para presionar y obtener un buen resultado.
Con el respaldo de sus subalternos, logró ocho detenciones y un sometimiento a la justicia. También descubrió un depósito ilegal donde se encontraban 14 fusiles, una subametralladora, dos armas cortas, 7.000 cartuchos de diferentes calibres, proveedores, material de intendencia y tres radios de comunicación.
Su historia de vida
La subteniente soñó toda la vida con portar el uniforme de la institución porque vio vestirlo a su padrino, un cabo segundo que le habló de las capacidades y beneficios de proteger a la población civil de la violencia.
Luego se ganó el apoyo de sus allegados y se embarcó en el sueño: “Contando con el respaldo de mi familia, pude ingresar a la escuela militar en 2017, me fui enamorando del arma y ahora estoy como subteniente”.
El camino no ha sido fácil. Encontró a pocas mujeres en las filas y el ambiente laboral le resultaba intimidatorio porque estaba repleto de hombres. No obstante, la valentía y el talento le valió para ir escalando.
Así lo contó en SEMANA: “La mujer en el Ejército lleva muy poco tiempo. Tenemos como ventaja que le estamos abriendo las puertas al resto de las mujeres para que sigan esta carrera, ya está el servicio militar para femeninas”.
Además de enfrentar a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, ha mirado de cerca al Ejército de Liberación Nacional (ELN). A sus integrantes también les arrebató un armamento con el que pretendían causar estragos en varias regiones del país.
La subteniente se guarda los elogios y prefiere repartir el éxito con sus compañeros de tropa, quienes luchan día y noche en el Bajo Cauca antioqueño por blindar a los habitantes de las amenazas de los grupos armados.
La pesadilla de las AGC
Ella hace parte de la Fuerza de Tarea Conjunta Aquiles que le hace contrapeso a las disidencias de las Farc, ELN y Clan del Golfo en uno de los puntos más peligrosos del país.
Las AGC son las que mayor expansión han tenido. En la última semana, cayó uno de los capos principales: alias Darío, quien tendría a cargo el componente criminal de la subestructura Julio César Vargas que combatió la subteniente.
El “es requerido por los delitos de porte ilegal de armas, tráfico y porte de prendas de uso privativo de las Fuerzas Militares”, reportó la institución. Paralelamente, se reveló las actividades criminales que adelantaba dentro de la estructura: “También sería el encargado de los movimientos de armamento y demás actividades logísticas”.