Hasta este 20 de diciembre Claudina Higuita de Robledo se consagró como la mujer más anciana que pisaba el departamento de Antioquia. Con 112 años se despidió del mundo. Su vida la pasó en una montaña del municipio de Santa Fe y se le apagó en un hospital.
Ella madrugó al altar. Contrajo matrimonio a los 18 años con Luis Alberto Robledo, con el que tuvo 10 hijos. En el árbol genealógico también sumó 60 nietos, 145 bisnietos y 80 tataranietos. Sus raíces las sembró en la subregión del occidente.
Aunque se mantuvo al frente del cañón desde el 30 de octubre de 1910 y vivió los momentos más turbulentos de la historia violenta de Colombia, un virus respiratorio le afectó sus pulmones, le quitó el apetito y terminó con sus fuerzas.
La administración de su pueblo la recuerda como una promotora de la cultura y las tradiciones. Con su voz contó los relatos que no estaban escritos. De acuerdo con sus allegados, ella dejó huella por su pasión por el liderazgo y las causas sociales.
Cuando ajustó los 40.880 días de vida, le llovieron felicitaciones. En varios mensajes de halagos le resumieron que su rostro representaba la historia de los ancestros y costumbres, también el amor por la familia y la labor campesina que asumió.
Quienes la conocieron aseguran que era un roble. Hace 22 años no pasaba por una crisis de salud. Cuando llegó a los 90, una delicada enfermedad la mantuvo hospitalizada. Pese al pronóstico de los médicos, se levantó y siguió adornando la finca que tenía en la vereda El Rodeo, que hoy la despide.
La noticia fue confirmada por medio de una nota de condolencia que firmó el alcalde de Santa Fe de Antioquia, Andrés Felipe Pardo Serna, donde expresó el profundo dolor que le causa el fallecimiento de una de las personas que hizo vibrar al pueblo con su historia.
“Doña Claudina, símbolo de pujanza, entereza y valentía. A sus 112 años de vida representó la historia de nuestros ancestros. Manifestamos todo nuestro apoyo, acompañamiento y solidaridad con sus hijos, nietos y demás familiares”, señaló el mandatario.
Las redes sociales también se han inundado de comentarios donde celebran la sabiduría que irradió la mujer durante el tiempo que estuvo de pie y la pujanza que entregó para proteger las montañas de su tierra, llegando a ser la antioqueña más longeva hasta este miércoles.
Otro caso de longevidad
De igual manera, una mujer polaca, considerada como la segunda persona más longeva del planeta, partió de este mundo el pasado 19 de agosto, dijo su nieto a la cadena de televisión local TVN24.
Tekla Juniewicz fue la mujer que tuvo el privilegio de decir que cumplió 116 años, algo que no todos logran en la vida. Nació a principios del siglo XX, en 1906, en Krupsko, un pueblo de la región de Leópolis, el cual actualmente hace parte de Ucrania, pero que en esos tiempos era del Imperio austrohúngaro.
Su vida estuvo marcada desde la niñez, pues cuando cumplió 12 años Polonia se independizó. Era el año 1918. Asimismo, hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial, Juniewicz vivió junto a su esposo en su región natal, anexada a Polonia en el período de entreguerras.
Sin embargo, tras la integración de la zona de Leópolis por la Unión Soviética en 1945, la familia huyó hacia el suroeste de Polonia.
Mediante un comunicado, los habitantes del municipio de Gliwice, donde la longeva mujer vivió desde la mitad de la década de los 40, recuerdan que “Tekla Juniewicz fue independiente hasta sus 103 años (...), le gustaba el cine, los programas de historia, los juegos de cartas (...), la lectura, la compañía de los otros y los viajes”.
A pesar del fallecimiento de la segunda persona más vieja del mundo, su legado familiar continúa: tenía cinco nietos, cuatro bisnietos y cuatro tataranietos. Además, su hija menor sigue con vida y tiene 93 años.