La Policía Nacional está en una cacería de brujas en Antioquia. Las autoridades departamentales ordenaron identificar las sectas satánicas que hay en la región con el fin prevenir emergencias. La decisión se tomó luego de la presunta desaparición del niño Maximiliano Tabares Caro en medio de un ritual en el municipio de Remedios.

Un grupo especial de la institución tendrá la obligación de ponerles la lupa a las personas que son sospechosas de estas actividades. A la investigación también se sumarán los especialistas de la Fiscalía. Por cielo y tierra los buscarán hasta tener los rostros familiarizados a razón de que no esperan un caso parecido al que ocurrió con Tabares.

Aunque las autoridades solo tienen en el radar una denuncia penal por supuestas prácticas satánicas, el grupo se activó para mitigar los riesgos. Así se definió en un consejo de seguridad que lideró la Gobernación de Antioquia en la tarde de este dos de noviembre. La reunión le dedicó un capítulo especial a este tema.

“No hay una investigación en curso por este tipo de sectas, pero no nos vamos a quedar ahí. Tanto las direcciones de las fiscalías, como la Policía, vamos a continuar una investigación para identificar cualquier situación que pueda llevar a alguna violación de la ley por parte de cualquier tipo de secta”, dijo el gobernador Aníbal Gaviria Correa.

El operativo se concentrará en las zonas urbanas de los 125 municipios de Antioquia. La orden se extenderá a los comandos de las estaciones en las próximas horas, quienes deberán tener en cuenta las recomendaciones de las autoridades regionales: hacer un control permanente sobre los cementerios para cumplir el objetivo.

El coronel Daniel Mazo Cardona, comandante de la Policía Nacional en esta región del país, detalló que los uniformados deberán abrir los ojos para identificar a las personas que estén haciendo cualquier hecho de brujería y alguna práctica satánica que vulnere los derechos de los habitantes. Pero la tarea será compartida con los habitantes.

“Se ha dado la orden para empezar a hacer la búsqueda. Es invitar a la comunidad también a que nos esté informando dónde se puede presentar este tipo de comportamientos o hechos, de tal forma que nosotros podamos acompañar a la comunidad y empezarle a hacer un seguimiento con Fiscalía”, dijo el oficial.

Paralelamente, seguirán los estudios para darle claridad a la desaparición del niño Maximiliano Tabares Caro. Él habría fallecido en medio de un ritual practicado por la secta de Los Carneros. Supuestamente, este grupo acudiría a sacrificios para encontrar mensajes de espíritus que los llevara a ubicar guacas en las montañas de Antioquia.

El cadáver que correspondería a la víctima fue desenterrado en el municipio de Segovia por información que habría entregado una de las personas que estaría enfilada en la secta. Los especialistas del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses están tratando de darle identidad al cuerpo recuperado en una zona boscosa de esa región.

El proceso de investigación adelantado por la Fiscalía daría cuenta que el menor de seis años habría sido desaparecido en medio de un acto satánico. En consecuencia, seis personas fueron enviadas a la cárcel mientras avanzan los estudios en contra. Entre las capturadas está la madre de la víctima, su abuela materna y el padrastro.

Este último es señalado como el supuesto líder de la organización. Uno de los integrantes dijo que, presuntamente, este hombre habría dicho que Maximiliano estaba obstaculizando los objetivos de la secta: recibir mensajes de espíritus para encontrar elementos valiosos dentro de la tierra. Todos fueron imputados por desaparición.