Las cifras de migrantes venezolanos que están llegando a Necoclí, Urabá antioqueño, es alarmante. De acuerdo, con el personero de este municipio, cerca de 2.600 inmigrantes están llegando a diario y más de 8.000 están represados sin poder tener un tiquete que los llevé a atravesar el peligroso Tapón del Darién para cumplir el sueño americano.

Aunque están las embarcaciones disponibles para transportar a los migrantes desde Necoclí hasta Capurganá, con capacidad para 70 cada una, la masiva llegada no está alcanzando para suplir la cantidad de las personas que ya empiezan a crear una crisis humanitaria. Por otro lado, el huracán Julia en su paso por las costas colombianas, obligó a suspender el tránsito de los viajes.

Wilfredo Menco Zapata, personero de Necoclí le contó a SEMANA que el ministerio de Transporte aprobó la disponibilidad de buses desde Medellín hasta Necoclí, pero no se han interesado en llegar hasta el municipio con ayudas humanitarias para esta población.

“Se ha creado una crisis humanitaria aquí en el malecón, porque alrededor de 3.000 migrantes están en la playa con carpas, no tienen recursos económicos para pagar un hotel. Falta presencia del Gobierno Nacional, nos han dejado solos como municipio, para luchar con todas las problemáticas que esto conlleva. Por ejemplo, en la playa hay muchos niños que les falta ropa, comida, carpa para dormir”, dijo el funcionario del ministerio público.

Agregó que es posible que el próximo fin de semana tengan una crisis mayor y tengan que emitir una alerta, “Hay muchas personas que realizan las necesidades en la playa, afectando el turismo, muchas madres gestantes. La verdad el municipio no está en la capacidad de atender a toda la población que a diario llega. Aproximadamente están llegando 15 buses”, confirmó el personero.

Cabe recordar que el Ministerio de Transporte había autorizado la contratación de vehículos adicionales para ayudar a evacuar a los cerca de 1.400 migrantes que están llegando a la terminal del norte de Medellín con el fin de buscar un tiquete que los lleve hacia el Urabá antioqueño y luego continuar su tránsito por la selva del Darién y lograr su objetivo de llegar a Norteamérica.

Las tres empresas de transporte que prestan el servicio hacia Urabá no dan abasto desde hace 15 días, justo cuando comenzó a aumentar el flujo de estos ciudadanos venezolanos que luchan por llegar a Estados Unidos. El Ministerio autorizó el permiso temporal por la petición de las mismas empresas que se estaban demorando hasta dos días en entregar los tiquetes. Por tal motivo, autorizaron cerca de 25 vehículos que ayudarán a complementar la prestación del servicio.

“En aras de dar una solución a la situación humanitaria que se presenta en la terminal de Transportes de Medellín y garantizar la prestación del servicio público de transporte en condiciones de seguridad, se autorizará la operación bajo las siguientes condiciones: el transporte de pasajeros en la ruta Medellín-Necoclí se autorizará para los días 5 y 6 de octubre del año en curso, con las empresas de transporte especial con las que se suscribieron los contratos aprobados por la Superintendencia de Transporte para la temporada alta del mes de octubre de 2022″, afirmaron en el documento del Ministerio de Transporte.

Samir Echeverri, director de la Asociación de Transportadores de Pasajeros de Antioquia, afirmó que es una petición que estaban realizando desde hace 15 días por la alta demanda y las dificultades de atención no solo para los migrantes, sino para los demás pasajeros que frecuentan la ruta hacia esta región del departamento.

“La situación inició con cerca de 400 migrantes diarios, ahora el panorama es muy diferente, estamos recibiendo cerca de 1.400 migrantes diariamente. Con el permiso podremos lograr un mayor flujo”, sostuvo Echeverri.

En la terminal del norte, estos pasajeros esperan hasta un día para lograr comprar el tiquete por la alta demanda, debido a que la capital antioqueña es un paso obligado para los migrantes que llegan de distintas ciudades venezolanas, muchos con niños en brazos, poca ropa y esperando en los espacios del terminal un tiquete, que por estos días han estado escasos.