Los integrantes de la Asociación de Institutores de Antioquia mantendrán un cese de actividades durante 24 horas en el departamento. La protesta está justificada en las supuestas deficiencias que tiene el sistema de salud que los cobija. Se estima que los colegios de 120 municipios estarán con las puertas cerradas este viernes.

Aunque las denuncias por la mala calidad del servicio que reciben los docentes cuando acuden a los centros médicos son de vieja data, consideran que en esta oportunidad el Gobierno nacional atenderá las preocupaciones porque así lo prometieron en campaña: la protesta busca llamar la atención de los dirigentes que toman las decisiones en Bogotá.

Más allá de ajustes y seguimientos a la empresa que gestiona los servicios de salud de los profesores en Antioquia, lo que quieren es que el Ministerio de Educación termine el contrato con la organización y active una licitación para otorgarlo a alguien que cumpla con las necesidades que hoy son motivo de reparo en las nueve subregiones.

Las deficiencias se han sentido en todo el territorio. En el Urabá antioqueño emitieron una alerta temprana donde aseguran que, en lo corrido de este año, han fallecido varios integrantes del gremio mientras esperan asistencia médica especializada o el cumplimiento de una fórmula de pastillas para tratar las dolencias.

“Hay muchos profesores que se han muerto por la mala atención; llega la cita cuando están muertos. No nos atienden a tiempo. Siempre nos dan los mismos medicamentos; en ocasiones, el medicamento ni lo entregan. Las citas con los especialistas salen demasiado tarde”, comentó Ana Paulina Andrade, vinculada en un colegio del pueblo de Chigorodó.

El debate sobre la calidad en la atención tomó fuerza en los últimos meses dentro de las agremiaciones del magisterio por los estragos que dejó en la salud mental el confinamiento impuesto por el Gobierno nacional para contener la propagación de covid-19. La tensión por la educación virtual y las exigencias del Ministerio los abrumaron.

En la lista de preocupaciones también figuran los profesores que se han jubilado a razón de que padecen los mismos retrasos. Por ejemplo, una visita con un profesional especializado es agendada hasta dos meses después de haber sido solicitada. De igual manera, ellos han tenido que sacar dinero de sus bolsillos para costear sus tratamientos.

Así lo reconoció el presidente de la Asociación de Institutores de Antioquia, Albeiro Victoria Cuesta, quien ha cargado con las alertas de mal servicio a las oficinas de la Secretaría de Educación departamental y al Ministerio de Educación en la capital del país, sin encontrar respuestas para solventar la crisis prolongada de varios años.

“La no atención oportuna del maestro repercute en el aula de clase. Un maestro enfermo no puede trabajar y, si llega al aula, no se va a desempeñar de la mejor manera con sus estudiantes. Eso es lo importante de que se pueda asistir al maestro en tiempos oportunos y en calidad”, señaló el líder de los profesores en Antioquia.

La Asociación manifestó que las autoridades del ejecutivo no deben esperar que llegue un cese de actividades para tramitar las quejas de los funcionarios, sino que están en la obligación de conectar oportunamente con las quejas acumuladas del sector que, en este departamento, no son exclusivas de la prestación del servicio de la salud.

En varios municipios no se cumplen con los tiempos del contrato a razón de que hay demoras en la distribución del salario. También ha sido motivo de rechazo el estado de la infraestructura de las aulas de clase en las subregiones de Antioquia: hay escasez de acueducto y, por las fuertes precipitaciones, los colegios se han inundado.