Pasan los días y más son los detalles que entregan las autoridades sobre el extraño caso en el que un sacerdote fue hallado muerto en un bar del barrio Laureles, en la ciudad de Medellín.

En un principio, la información entregada por los oficiales de Policía y Fiscalía fue que el cuerpo sin vida fue hallado dentro del lugar, pero sin muchas especificaciones; posteriormente, el CTI reveló -en su investigación- que el sacerdote Javier Eduardo González estaba sentado en una mesa del sitio y cuando los dueños del establecimiento procedían a cerrar, notaron que este seguía allí y tenía su cabeza puesta sobre la mesa.

El coronel José Miranda, subcomandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, reveló que la llamada de alerta por parte de las personas del lugar llegó a través de la línea 123 de la Policía.

“Él es encontrado en un establecimiento abierto al público. Aparentemente, cuando van a cerrar el establecimiento comercial, los dueños del lugar evidencian que el señor se encuentra acostado sobre la mesa y al intentar moverlo evidencian de que él había fallecido”, dijo el coronel.

Hasta el momento, de acuerdo con la información suministrada por el subcomandante, Medicina Legal no ha entregado la investigación sobre las causas exactas de la muerte del sacerdote, aunque se especula que fue producto del suministro de escopolamina. Lo que sí indicó el oficial es que algunas de sus pertenencias, como billetera y su reloj, no fueron encontradas junto a su cuerpo.

El religioso murió en un bar del barrio Laureles de Medellín. | Foto: Tomada de redes sociales

“De la primera información, posiblemente sí hubo un hurto de algunas de sus pertenencias, pero estamos ya en la investigación, esta investigación la tiene el CTI, esperemos que pronto den más detalles”, anotó el coronel Miranda.

Lo que parece extraño de este caso es que, incluso, los documentos y el celular del sacerdote fueron robados de la escena del crimen y pese a que los testigos han asegurado que se encontraba junto a otro hombre en la mesa antes de ser encontrado sin vida, las autoridades revelaron que entró solo al sitio.

“Lo primero que tenemos es que llegó solo a la discoteca, y estaba hablando con otra persona, pero hace parte de la investigación que tiene el CTI”, finalizó el coronel.

El religioso, quien tenía 39 años y era oriundo del departamento de Córdoba, ingresó al establecimiento en la noche del viernes.

González era formador en el Seminario Misionero San José de Medellín. La comunidad religiosa de Antioquia ha enviado mensajes de condolencia y exaltado su labor al servicio de la comunidad.

Javier Eduardo González Pertuz es recordado por sus allegados como un hombre alegre y risueño. | Foto: Tomada de redes sociales

“Hizo parte de la historia parroquial como seminarista, acólito y grupo juvenil. En ocasiones recibía sacramentos en este lugar. Un hombre alegre, sencillo y cercano. Oriundos de este barrio: nos unimos a su familia, en este momento pascual con la oración”, dijo la Parroquia Santo Evangelio en sus redes sociales.

Yenny Espitia, prima del sacerdote, publicó un sentido mensaje en sus redes sociales que refleja el dolor que le está causando su muerte: “Parece mentira escuchar que ya no estarás más con nosotros, que ya no volveremos a escuchar tus consejos, que no habrá más de tus risas, de tus anécdotas, de tus oraciones, de ese amor tan grande que siempre tenías para darnos. Fuiste un excelente hijo, hermano, primo, nieto y sacerdote. No tengo palabras para expresar lo agradecida que estoy por todo lo que hiciste por nosotros y lo que hoy me duele tu partida”.

Con este tipo de imágenes la comunidad religiosa despide al sacerdote. | Foto: Tomada de redes sociales

En otras noticias, la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá capturó a un hombre de 33 años que hirió con un cuchillo a su familia en Medellín. En consecuencia, su padre perdió la vida, mientras que su mamá se recupera de las lesiones en un centro médico de la ciudad.

Por medio de la línea de emergencia, se dio cuenta del incidente, que ocurrió al interior de una vivienda ubicada en el barrio Belén. Hasta ese lugar llegaron los uniformados, que se encontraron de frente con el homicida. Al parecer, él trató de lesionarlos con arma blanca.

En medio del tire y afloje para detenerlo, un integrante de la unidad le disparó en su pierna, con el propósito de reducirlo para frenar la tragedia. La mujer que sobrevivió, junto al agresor, fueron remitidos a una clínica de la capital de Antioquia para la atención.

El coronel José Miranda, comandante encargado de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, contó que las primeras hipótesis darían cuenta que esta alteración del orden público tendría relación con hechos de intolerancia, enmarcados en violencia intrafamiliar.

Se mostró preocupación por este incidente, dado que, en lo que va corrido de este año, en la subregión se han presentado 25 muertes violentas que están asociadas a este fenómeno. Sin embargo, las investigaciones fueron asumidas por la Fiscalía General.

En consecuencia, pidió a la ciudadanía mayor tolerancia: “La invitación de la Policía Nacional es a que estas situaciones se dialoguen, se lleve a la mediación y no a vías de hecho que nos han venido generando este tipo de situaciones”, dijo el oficial.

En cuanto al panorama de la ciudad de Medellín, entre el 1 de enero y el 4 de febrero, ocurrieron 31 homicidios. Tres tienen relación con hurtos, seis por convivencia, uno por violencia de género y otros tres por enfrenamientos de organizaciones delincuenciales.