La violencia y la intolerancia en Colombia sigue en aumento. En Medellín ocurrió un caso increíble en el que un joven casi pierde la vida por cuenta de una agresión de un conductor de Uber.
Todo ocurrió el 25 de abril, cuando Mauricio Gutiérrez tomó la decisión de usar Uber para ir a recoger a sus hijos en la ciudad de Medellín. Durante todo el trayecto, Gutiérrez notó que el conductor estaba de mal humor y que la conducción no era la adecuada para prestar un servicio de transporte.
Sin embargo, no le prestó atención porque debía cumplir con una serie de diligencias durante el día, entre ellas, pasar por sus hijos.
“Yo tenía pico y placa y tomo el servicio para ir por ellos a una clase. El conductor estaba de mal humor, peleaba con otros conductores y en los semáforos. Cuando llegamos a las clases arranca y casi atropella a mi hijo de cinco años, le hice el reclamo por esa situación y explotó: sacó un arma blanca y me propinó siete puñaladas”, contó a SEMANA.
Gutiérrez reiteró que como cualquier padre de familia hizo el reclamo porque el conductor casi atropella a su hijo y que, sin mediar palabra, el hombre se bajó del vehículo y lo atacó. “El dictamen de Medicina Legal dice que cualquiera de las puñaladas pudo haberme quitado la vida, fueron en el cuello, pecho, pulmón izquierdo, hígado y en la mano izquierda”.
Mauricio estaba en compañía de su hija de cuatro años y de su hijo, que tiene cinco, por lo que sintió bastante temor. Después de haber sido herido, el conductor de Uber intentó llevarse sus celulares, pero sacó fuerzas para evitar que eso ocurriera, ya que si lo hubiera logrado no hubiera tenido pruebas para hacer la denuncia correspondiente.
“El conductor me hirió y se fue, yo la única reacción que tuve fue salir corriendo para llevar a mis hijos a casa. Cuando llegué, empecé a ahogarme y sentí la gravedad de las heridas, pero antes no sentí nada”.
Gutiérrez relató que el trayecto para llevar a sus hijos a la casa tardó unos 45 minutos y que en todo ese tiempo no sintió dolor, pero que eso puede explicarlo en que sencillamente quería que sus hijos estuvieran bien.
“Yo me puse una chaqueta y la cerré para que no se vieran las heridas y la sangre, lo único que me interesaba es que mis hijos estuvieran bien. No pensé en nada más así que seguramente nadie notó que estaba herido”.
Al dejar a sus hijos en casa, fue trasladado de inmediato a la clínica porque perdió bastante sangre. Al ingresar al centro médico le hicieron una radiografía y notaron que tenía un pulmón perforado. “Todos los médicos dicen que fue un milagro de Dios, la reconstrucción duró más de tres horas y Dios quiso que continuara con vida”.
Agregó: “La gravedad de las heridas las sentí cuando volví a la casa y dejé a mis hijos, cuando vi que estaban a salvo. Pero este señor pudo dejar sin padre a dos menores de edad”.
Mauricio se puso en contacto con el equipo de abogados de Abelardo de la Espriella para que el caso no quede en la impunidad y se haga justicia, porque claramente, y según la Fiscalía, se trató de un intento de homicidio.
“Hemos visto que hay un problema con Uber porque no es claro el papel que debió cumplir en este caso. No hay ni atención al cliente, una aseguradora se contactó conmigo pero hablaba de daños y perjuicios, aunque claramente acá es otro delito. Uber debería tener una responsabilidad porque sencillamente me devolvieron el dinero del servicio y ya”.
La plataforma no se ha vuelto a contactar con él a pesar de que uno de sus conductores le propinó siete puñaladas, todos los trámites ha debido hacerlos junto con sus abogados por lo que también buscarán que Uber asuma responsabilidades.
“Debido a la importancia de este evento, contratamos al doctor Abelardo de la Espriella para llevar el caso. Han sido diligentes para manejar este caso y asegurándose de que no seamos una cifra más, porque esto no le puede pasar a nadie en Colombia”.
En ese orden de ideas, el conductor de Uber será denunciado por tentativa de homicidio y se están evaluando otros presuntos delitos.
Mauricio Gutiérrez sabe que se salvó de milagro, pero también es consciente de que este tipo de situaciones no pueden repetirse en Colombia, un país que cada vez es más violento y donde se normalizan este tipo de situaciones.