La familia Quintero Osorio es una de las más sonadas en Colombia por la gestión que Daniel Quintero adelantó en la Alcaldía de Medellín entre 2020 y 2023. Si bien renunció al cargo antes de tiempo para defender el proyecto político de Independientes en las elecciones territoriales, su legado sigue en debate en la opinión pública antioqueña.
En conversación con SEMANA, Diana Osorio entregó detalles de lo que viene para su hogar tras finalizar su estadía en La Alpujarra y luego de pasar por incómodos momentos en que la ciudadanía cuestionó a su esposo por el liderazgo en el distrito: “Ladrón, ladrón”, se le escuchó decir a un grupo de personas que se movilizaba junto a ellos en un avión.
Lo cierto es que el exmandatario tiene un objetivo a largo plazo que agitará la vida de la familia: quiere reemplazar a Gustavo Petro en la Casa de Nariño. Aunque el camino es largo, por ahora él está dedicado a su compañía de tecnología y a predicar en varios escenarios el trabajo que realizó en Medellín, en materia de seguridad y economía.
Antes de todo, Daniel Quintero tiene una tarea especial en su casa. Así lo narró su compañera sentimental: “Terminar el período de la Alcaldía nos dejó muchos aprendizajes. Estamos pasando más tiempo juntos, y con las niñas, que era un tiempo que, realmente, necesitamos antes del siguiente paso”. El nuevo camino sería el electoral.
Ella también negó los rumores sobre la posible salida del país, tal como lo han planteado usuarios en las redes sociales: “Seguiremos en Medellín y en Colombia hasta que las condiciones de seguridad así lo permitan”. Mientras que Quintero desmintió que el Gobierno nacional le hubiera ofrecido un cargo público tras renunciar al distrito.
En tanto, sigue la polémica en el país por el incómodo episodio que vivieron el pasado fin de semana mientras se desplazaban en un avión entre las ciudades de Montería y Medellín.
Ambos emprendieron un viaje por el departamento de Córdoba que incluyó a los municipios de Ciénaga de Oro y Cereté. Cuando ingresaron al aeropuerto Los Garzones, sorpresivamente, fueron abordados por un grupo de personas: “Había una familia bastante grosera que nos empezó a insultar desde la sala de espera”.
Los protagonistas de la escena los señalaron de “ladrones” y les reclamaron con insistencia por la gestión que Quintero adelantó en el distrito. Las palabras de alto calibre fueron aumentando con el tiempo y estalló la inconformidad en la aeronave, donde coincidieron con los ciudadanos que los increparon y estuvieron ubicados a pocos asientos.
Los gritos quedaron registrados en grabaciones que circularon en internet: “Ratas, ladrones”, reiteraron los viajeros. El exmandatario y su compañera sentimental no se quedaron en silencio y, al contrario, respondieron a los duros señalamientos: “El mejor alcalde que ha tenido Medellín”, “una familia uribista en primera clase se desató”.
Diana Osorio contó en SEMANA un hecho inédito: “Fue necesario que la tripulación y otros pasajeros les pidieran comportarse y, aun así, seguían en sus insultos”. Ella agregó que estas palabras tendrían relación con la lucha judicial que adelantó su esposo mientras se desempeñó como alcalde de la capital de Antioquia. Así lo señaló:
“Este es el costo de habernos ido de frente contra carteles de contratación y mafias que disfrutaron de impunidad durante muchos años. En Colombia, y en especial en Antioquia, las mafias han tenido la eliminación del otro como herramienta”, comentó Osorio. Entre tantas cosas, mencionó los casos de Hidroituango, UNE, Bonyic y Antofagasta.
Ella reconoció que en las calles reciben más apoyos que ataques: “Nosotros decidimos tener una consciencia tranquila más que una vida tranquila, y eso es lo que los políticos deberían hacer, ser instrumentos para la gente y no fines para sí mismos”.