El director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) encendió las alarmas el pasado 14 de diciembre sobre las conclusiones de un supuesto informe del Servicio Geológico Colombiano, donde advertía sobre presuntos problemas de inestabilidad en el proyecto de generación de energía de Hidroituango en Antioquia.

Las advertencias que lanzó no están enmarcadas en el documento. Al contrario, los investigadores detallaron que los datos que alcanzaron a recopilar dentro de la obra no fueron suficientes para emitir un concepto sobre la estabilidad global del macizo rocoso y la viabilidad de la central, por lo que se deben realizar averiguaciones profundas.

Lo delicado de la situación es que el titular de la UNGRD, Javier Pava Sánchez, comentó que las indagaciones practicadas sobre el terreno sí mostraron datos preocupantes. Entre tanto, dijo que un experto en el tema anticipó que la inestabilidad del macizo rocoso podría llegar a causar graves consecuencias que causaría un colapso y avenida torrencial.

“La UNGRD solicitó al Servicio Geológico Colombiano una inspección en el proyecto, cuyo informe arrojó que se identificaron problemas de instabilidad en la presa y dificultades de erosión en las áreas subterráneas, por lo que recomendó realizar una serie de estudios adicionales para confirmar las condiciones del macizo”, señaló la entidad.

Los expertos que visitaron Hidroituango para evaluar su estabilidad dieron cuenta en el informe que citó Pava que no se pudo corroborar el estado del macizo rocoso, específicamente en las obras subterráneas, porque gran parte están cubiertos con estructuras de soporte o estabilización. Esto, contrario a los datos de Pava Sánchez.

Las declaraciones del director cayeron como una bomba. En primer lugar, Empresas Públicas de Medellín (EPM) respondió que al interior de la obra no hay riesgos para las comunidades que están ubicadas aguas abajo del proyecto. El Servicio Geológico Colombiano también recibió esa información, pero no lo pudieron comprobar.

En un apartado de la investigación que las comunicaciones suministradas por la compañía de servicios públicos no pudieron ser corroboradas en el terreno. Sobre todo, los resúmenes sobre la instrumentación geotécnica, como los caudales de infiltración de la presa y los estribos, tanto el derecho como el izquierdo, por lo que es importante validar.

“Es necesario realizar actividades de campo detallado por parte del grupo de geólogos del Servicio Geológico Colombiano. Dentro de las actividades, además de sectores críticos, hacer un análisis pormenorizado de sectores con presencia de hundimientos, agrietamientos, relacionados con la contingencia del año 2018″, se lee en el texto.

Las declaraciones del director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres generaron preocupación porque las emitió el mismo día en que se encendieron de manera continua las dos primeras unidades de generación de energía en Ituango. Él pidió que las presuntas condiciones de Hidroituango no generen una tragedia.

Ante estos comentarios, el alcalde Daniel Quintero Calle, en conversación con Vicky Dávila, calificó las posiciones técnicas de Pava Sánchez como políticas. Es decir, que estarían siendo influenciadas por la senadora Isabel Cristina Zuleta, integrante del Pacto Histórico y opositora al proyecto hidroeléctrico por medio de movimiento Ríos Vivos.

En consecuencia, el mandatario de los antioqueños pidió la renuncia, y aseguró que el exfuncionario era una piedra en el zapato para sacar adelante el proyecto que promete entregarle al país el 17 por ciento de la demanda de energía. Mientras que la Procuraduría le dio 24 horas al director para que justifique con pruebas sus advertencias sobre Hidroituango.

“Le solicitamos con carácter urgente que, en el trascurso de las 24 horas siguientes al recibo de esta comunicación, sean remitidos los informes de la inspección que hizo el SGC al Proyecto Hidroituango. Así mismo, dentro del mismo plazo, deben ser enviados a EPM, al gobernador de Antioquia, a los alcaldes de Briceño, Cáceres, Ituango, Medellín, Tarazá y Valdivia”, quedó registrado en la misiva.