Una noche de horror vivieron los indígenas que residen en el corregimiento Tutunendo de Quibdó. Tres hombres fuertemente armados intimidaron a la comunidad y accionaron las pistolas contra otras tres personas. El crimen ha sido rechazado por la Organización de Naciones Unidas y la Defensoría del Pueblo.
Los delincuentes llegaron a la vereda Chaparraido cuando los habitantes estaban cerrando los ojos para dormir. En medio de la incertidumbre y el descontrol por la extraña presencia, los ilegales obligaron a tres personas a ingresar a una vivienda: “Eran de piel negra y uno de ellos estaba encapuchado”, relataron los indígenas.
Sin dar explicaciones ni mencionar una sola palabra sobre la turbulenta escena que estaba imponiendo, los acribillaron dentro de la residencia. Las balas hicieron estruendo en el corregimiento y, luego de dejar a las víctimas tendidas sobre el suelo, los sicarios salieron de la vereda sin dejar rastro de su identidad.
Sin embargo, antes de abandonar el territorio, los delincuentes, que podrían estar enfilados en una de las organizaciones armadas que siembran terror en la zona, emitieron amenazas contra cuatro mujeres y cinco menores de edad que fueron testigos del atroz crimen que tiene en conmoción al departamento.
Ahora bien, la Policía confirmó el homicidio de dos personas en Tutunendo, teniendo como referencia la información que entregó la comunidad indígena. La otra alcanzó a llegar con vida al servicio de urgencias del hospital San Francisco de Asís de la capital de Chocó. El hombre presenta marcas violentas.
Pero la atención de sus lesiones ha sido traumática. La Defensoría del Pueblo explicó que el estado de su salud requiere de una remisión inmediata a una institución médica que cuente con un mayor nivel de complejidad al que se tiene en Quibdó, petición que está siendo tramitada a través de la EPS de la víctima.
Las organizaciones que defienden los derechos humanos en esta región del país detallaron que los tres hombres que fueron atacados eran miembros activos de la guardia indígena de Ichó. Además, tenían una voz importante dentro de la Asociación de Víctimas de los Pueblos Indígenas del departamento de Chocó.
La primera en alzar la voz de rechazo frente a esta violenta situación fue la representante de la alta comisionada de la Organización de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, Juliette de Rivero. En su cuenta oficial de Twitter, instó a las autoridades a proteger a las comunidades.
“Repudiamos atentado contra familias indígenas en zona rural de Quibdó. Solicitamos una atención integral y urgente del Estado en protección y justicia. Nuestra solidaridad con familias y comunidades indígenas de Chocó. Instamos a grupos armados a respetar la vida de civiles”, indicó la diplomática.
La Defensoría del Pueblo también les pidió a las organizaciones delincuenciales que operan en este departamento que mantengan a las poblaciones al margen de sus acciones ilegales a razón de que están violando sus derechos. En esa zona hacen presencia el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Clan del Golfo.
“Rechazamos el homicidio de dos guardias indígenas de Ichó. Instamos a que se adelanten acciones que garanticen derechos de la comunidad, cuyos riesgos fueron advertidos en la alerta temprana 049 – 2019 e informe de seguimiento de octubre del 2021″, indicó esta agencia del Ministerio Público en Twitter.
Las autoridades departamentales indicaron que están recopilando el material probatorio para dar con el paradero de las personas que protagonizaron el ataque armado en el resguardo indígena, mientras que las organizaciones de derechos humanos les brindan acompañamiento a las familias de las víctimas.