La preocupación aún es latente en sectores como el Parque Lleras y demás zonas rosas, donde es evidente la explotación de cientos de menores de edad para diferentes prácticas ilegales, como es el caso de la prostitución infantil.

Frente a este flagelo, que cada vez se evidencia en los alrededores de estas zonas, la administración municipal realizó operativos en puntos priorizados de El Poblado y Provenza, en los que, además, se mantiene la medida de “toque de queda” que restringe la circulación de menores sin vigilancia de un adulto.

El operativo, liderado por la Secretaría de Seguridad y Convivencia con el apoyo de 50 funcionarios y más de 150 uniformados de la Policía Metropolitana, se intervinieron 54 establecimientos comerciales y se realizaron controles a 567 personas. Además, como medidas de control, se impusieron 28 comparendos a ciudadanos y 32 por parte de Movilidad.

El mandatario distrital informó del hallazgo de siete menores en estado de vulneración, entre ellos dos de población indígena, explotados comercialmente en la zona.

“No solo se trata del Lleras, se trata de todas las zonas donde hemos detectado que hay abuso o explotación infantil. No importa si la persona es indígena, si hay un niño explotado le serán restaurados sus derechos”, dijo el alcalde Daniel Quintero Calle.

En total, se verificaron 54 establecimientos y se adelantó una jornada de sensibilización a venteros informales y a transeúntes. Se encontraron irregularidades en dos locales que fueron objeto de suspensión de la actividad, igual que a ocho ventas ambulantes.

Cabe recordar que las autoridades mantienen la entrega de recompensas hasta por $100 millones por información que permita la judicialización y captura de responsables por la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes.

De acuerdo con la Personería de Medellín, cerca de 500 indígenas se encuentran en situación de mendicidad en diferentes sitios de la ciudad, en la que se ven inmersos tanto los adultos mayores y menores de edad de distintas comunidades que llegan de otros municipios.

Y es que recorrer lugares como el Parque Lleras, la Calle Provenza, alrededores del estadio, La 70, el centro, entre otros, es encontrarse con cientos de niños indígenas jugando en medio de las aceras, mientras sus padres de familia buscan lo poco que les puedna dar las personas que pasan al lado de ellos. Unos se la rebuscan bailando, vendiendo artesanías, pero otros tratan de sobrevivir con lo poco que les puedan ayudar.

A través del Grupo de Asuntos Étnicos, Migrantes y Refugiados de la Personería están en alerta por el alto número de estas personas en la capital de Antioquia. Eso precisamente lo evidenciaron en recorridos por distintos puntos, que mujeres y niños del resguardo Tahami, perteneciente a la etnia Emberá Katío del Alto Andágueda en Bagadó Chocó, es la población que se encuentra en esta situación.

De acuerdo con la entidad, esta actividad de mendicidad es ejercida por 582 indígenas y de estos, 245 son niños, niñas y adolescentes. Esta población, que en su mayoría habita los inquilinatos del sector de Niquitao, ha sido víctima del conflicto armado y presenta limitaciones en acceso a recursos económicos que les permitan cubrir sus necesidades básicas.

De acuerdo con los hallazgos, en la Comuna 10 esta situación se presenta en el sector del Parque Berrío, la Avenida Oriental con Caracas, La Playa con El Palo y El Palo entre La Playa y Maracaibo. En la Comuna 14 se evidencia en la Avenida El Poblado, desde el San Fernando Plaza hasta el Centro Comercial Premium Plaza, en la Transversal Intermedia y en la Avenida Regional a la altura de las estaciones Aguacatala y Poblado del Metro. En la Comuna 15, se vive en el Parque de Cristo Rey y la Avenida Guayabal con la carrera 80 y en la Comuna 12, en el Parque de la América, Simón Bolívar y La Castellana.