El concejal del Centro Democrático, Simón Molina, anticipó que en la tarde de este jueves presentará ante la mesa directiva de la corporación la renuncia a su curul para trabajar en su aspiración por la Alcaldía de la ciudad en 2023.
El proyecto político que liderará contará con el respaldo de los ciudadanos y, por el momento, no contempla caminar exclusivamente con el partido que lo llevó al Concejo en 2020, justificando que debe sumar apoyos de varias orillas de la sociedad civil.
Así las cosas, gestionará que su nombre aparezca en el tarjetón local a través de firmas que avalen su trayecto en el sector público y el plan que construirá para Medellín, enfocadas en lo que ha denominado “recuperar a la ciudad de la peor crisis institucional en la que la tiene sumida Daniel Quintero; por eso, también renuncio a mi partido Centro Democrático, con el que estoy agradecido por todo lo que me ha dado”.
Durante su paso por el Concejo, fue opositor a la administración actual y denunció presuntas irregularidades al interior de la Alcaldía, que están siendo investigadas por los entes judiciales.
Una de las quejas que interpuso ante la Procuraduría detonaron la suspensión provisional del mandatario local por presunta participación en política a favor de Gustavo Petro y el Pacto Histórico, en el marco de las elecciones de este año.
“Medellín está inmersa en una crisis sin precedentes gracias a la administración de Quintero. Amamos esta ciudad y por eso vamos a cuidarla y defenderla”, anunció en su cuenta de Twitter antes de confirmar su aspiración.
El reemplazo de Simón Molina podría ser el exviceministro de Defensa Carlos Andrés Ríos Puerta, quien es el siguiente en la lista y que obtuvo 5.266 en las elecciones locales, cifra que no le alcanzó para llegar a la corporación, por lo que se fue a apoyar el gobierno del presidente Iván Duque.
Como él, en la lista de posibles candidatos a la Alcaldía está el concejal Alfredo Ramos Maya, hijo de Luis Alfredo Ramos y contendor de Quintero en el tarjetón de 2019. Además, el corporado Luis Bernardo Vélez y el diputado de la Asamblea de Antioquia, Luis Eduardo Peláez.
Esos mismos objetivos estarían siendo perseguidos por Albert Corredor, quien también hoy soltó la curul en el Concejo de Medellín, en medio del estruendo que generó al interior del Centro Democrático el apoyo público que asumió a favor de la candidatura presidencial de Gustavo Petro. Antes de presentar su renuncia a la corporación, abandonó formalmente las banderas de Álvaro Uribe.
En una carta dirigida al presidente de la corporación, Lucas Cañas, anticipó que se apartará del cargo el próximo viernes 24 de junio para liderar otros procesos. Fuentes cercanas a él informaron que estaría pensando en postular su nombre para las elecciones locales; en la baraja está la Alcaldía de la ciudad.
La misiva la encabezó aludiendo al divorcio que tuvo con el partido político que lo llevó al Concejo, procedimiento que ocurrió un día antes de la primera vuelta presidencial, cuando anunció ante las cámaras que se bajaba del bus de la derecha porque ya no lo representaba.
“Quienes se hacen elegir, no se deben a un partido, sino a la comunidad. Si bien fui elegido con el aval del Centro Democrático, he presentado formalmente mi renuncia”, comenzó diciendo el concejal que ha fungido como fiel escudero de la administración de Daniel Quintero y el movimiento Independientes, agrupación que ganó las elecciones en 2019.
Paso seguido, mencionó –sin justificar los motivos– que se levantará de la silla que ocupa desde el primero de enero de 2020 en el Concejo. Durante su paso, fue duramente cuestionado por sus compañeros de la bancada, dado que nadó en contra de las políticas y acuerdos programáticos del Centro Democrático, como lo confirmó la dirección del partido.