Un joven de 18 años que estaba prestando el servicio militar en la Cuarta Brigada de Medellín falleció tras recibir un disparo que le propinó uno de sus compañeros. Las autoridades avanzan en la investigación para determinar las responsabilidades del caso.
La emergencia tuvo lugar en la tarde de este martes 3 de enero en el sector Campo Escuela del corregimiento de Santa Elena. A las 5:45 p. m. se le realizó la inspección técnica al cadáver por los organismos judiciales de la ciudad.
El Ejército Nacional contó que el incidente ocurrió cuando los soldados del Batallón de la Policía Militar número Cuatro estaban adelantando operaciones de estabilización en el territorio. En ese instante, Antonio José Torres Díaz recibió el impacto de la bala.
Los elementos probatorios que pudieron recopilar en el sector ponen en evidencia que la muerte de este joven habría sido producto de un disparo accidental que lanzó otro uniformado de su misma edad, cometido con el arma de dotación que le fue asignada.
El procedimiento que adelantó la institución fue detallado por medio de un comunicado dirigido a la opinión pública. En primer lugar, que el comandante del Batallón al que pertenecía la víctima se desplazó de inmediato al lugar donde ocurrieron los hechos.
Más tarde, llegaron las autoridades judiciales con las que realizaron los actos urgentes sobre el cadáver. En ese instante se aplicaron los protocolos que exige el Ejército Nacional para dar el inicio de las investigaciones correspondientes para esclarecer el homicidio.
“Lamentamos profundamente este inesperado suceso y expresamos nuestras más sentidas condolencias a los familiares, amigos y allegados del soldado Antonio José Torres Díaz”, indicó el comando de la Cuarta Brigada en la mañana de este miércoles 4 de enero.
Mientras que la Secretaría de Seguridad y Convivencia de Medellín reportó que el soldado regular que habría protagonizado la emergencia se presentó de manera voluntaria y, de momento, se encuentra a disposición de las autoridades competentes para responder.
Este es el segundo asesinato que enluta a la fuerza pública en los cuatro días que han corrido de 2023 en Antioquia. El primero se presentó en la zona rural del municipio de Anzá donde fue baleado un policía que en ese momento se encontraba fuera de servicio.
Él formaba parte del esquema de seguridad del expresidente Álvaro Uribe y pidió permiso en la institución para aislarse del servicio y celebrar la llegada del Año Nuevo con su compañera sentimental que reside en un corregimiento de esta localidad del occidente.
Al parecer, después de departir en un establecimiento comercial, fue atacado con un arma de fuego en la mañana del pasado domingo primero de enero. Dos personas estarían involucradas en el crimen, según las primeras averiguaciones de las autoridades.
Todo habría empezado a las 4:30 a. m., cuando la víctima consumió dos cervezas en un negocio del pueblo. En ese instante habría sido abordado por dos personas y, después de eso, se volvió a saber de él cuando estaba sin vida. Por la reconstrucción de los hechos, se presume que el asesinato habría ocurrido entre las 5:00 y 9:00 a. m.
A las 9:30 a. m. de ese día se recibió una alerta sobre la presencia de un cadáver en la carretera que conduce del municipio de Bolombolo hacia Santa Fe de Antioquia. Fueron los bomberos quienes lo recogieron y lo llevaron a la morgue de Anzá. A las 10:00 a. m. se confirmó la identidad y, de inmediato, se encendieron las alarmas en Antioquia.
El cuerpo correspondía al intendente que ajustó más de 21 años al servicio de la institución. Sus últimos pasos los dio en la Seccional de Protección y Servicios Especiales del Departamento de la Policía Nacional en Antioquia como hombre de protección del esquema de seguridad del expresidente en la residencia que tiene en Rionegro.