Dos presuntos ‘peces gordos’ de las disidencias de las Farc fueron capturados en las últimas horas en el Valle de Aburrá por el Ejército Nacional y la Fiscalía, tras varios meses de seguimiento. Ambos estarían negociando material de guerra y pasta base de cocaína.
Fueron las unidades de inteligencia militar quienes los identificaron como supuestos integrantes de la red de apoyo de las estructuras de la guerrilla que atemorizan al norte del departamento de Antioquia, los mismos que adoctrinan a niños en las escuelas.
En medio de un arduo trabajo de investigación, las tropas sorprendieron en el barrio Castilla de la ciudad de Medellín a alias Libardo. Este hombre figuraría como una ficha clave para lograr los objetivos criminales de los delincuentes en la subregión.
De acuerdo con el reporte de la institución, él fue sorprendido cuando compartía con su compañera sentimental en una cafetería de ese sector donde, al parecer, se estarían armando negocios para el tráfico y comercialización de armas de fuego para el conflicto.
Mientras que en Bello fue detenido alias William. Él cargaba con una orden de captura, luego de tener sospechas de que tendría a cargo la coordinación de pasta base de coca y material de guerra a favor de los grupos armados que delinquen en el Valle de Aburrá.
Además, estarían involucrados en otros procesos criminales contra la población civil y la Fuerza Pública en Antioquia. Así lo denunció la Cuarta Brigada, adscrita a la Séptima División del Ejército Nacional, por medio de un comunicado dirigido a la opinión pública.
“Alias Libardo y William serían los encargados de realizar inteligencia delictiva con el firme propósito de atentar contra los habitantes de la subregión norte del departamento de Antioquia y la Fuerza Pública que adelantaba operaciones militares”, indicó la unidad.
El material recopilado por los investigadores pondrían en evidencia una presunta estrategia de las disidencias de las Farc para sumar personas a sus filas, mientras están montados en el proceso de la paz y el cese al fuego acordado con el Gobierno nacional.
Esa fue uno de los hallazgos que serán presentados en el proceso penal que deberán enfrentar en las próximas semanas, en dado caso de que se avalen los cargos: “También estarían desarrollando campañas de reclutamiento con el fin de robustecer sus filas”.
Ante la incertidumbre del freno de las hostilidades entre el Estado y las estructuras armadas ilegales, el Ejército Nacional mostró el compromiso con el “bienestar de los antioqueños y mantiene el desarrollo de operaciones militares para proteger”.
Por otro lado, en un supuesto comunicado dirigido a la opinión pública, las disidencias de las Farc rompieron el silencio sobre el adoctrinamiento que realizan en los colegios del norte de Antioquia. Aunque se excusan por los hechos, advierten que los seguirán haciendo.
Se reconoció que la visita armada a las escuelas de Yarumal (Antioquia) nadó en contra del Derecho Internacional Humanitario. Los integrantes del frente 36 de esta organización ilegal se pasearon con fusiles por las aulas de clase donde estaban menores de edad.
Pero sacaron pecho por las actividades que adelantaron: entregaron cuadernos y lápices para el inicio del ciclo escolar a los campesinos, “una insurgencia que históricamente hemos hecho a quienes lo ameritan”, habrían escrito los guerrilleros de esa fracción.
Aunque dijeron que el objetivo no era justificarse por el incidente que protagonizaron y que quedó registrado en escandalosos videos, les reclamaron a las personas que han rechazado la incursión ilegal por no asumir el suministro de los útiles escolares.
“Debían colocarse la mano en el corazón y resolverle, al menos, a la mitad de los cerca de 445.000 estudiantes en Antioquia los kits y, de esa manera, las Farc no tendríamos esa necesidad de hacerlo”, plantearon en el presunto comunicado que circula en la región.