El ambiente político de la capital de Antioquia está sumergido en una confrontación entre el alcalde Daniel Quintero Calle y los concejales que no respaldan sus proyectos políticos. Aunque varias colectividades que integran la corporación no le caminan favorablemente al mandatario, el Centro Democrático es el que mayor ruido le ha causado por estos días.

La discusión que sostienen ambos bandos quedó reflejada en la mañana de este sábado cuando se instalaron las sesiones ordinarias del Concejo. Hasta el centro administrativo de La Alpujarra llegaron los simpatizantes de Quintero Calle con el fin de respaldar el discurso que emitió, mientras que utilizaron los gritos y pitos para responderle a la oposición.

Una vez llegó el alcalde, desde las gradas lo recibieron con aplausos. Los veinte minutos que utilizó frente al micrófono estuvieron destinados a reprochar cada una de las decisiones que no lo han favorecido en la corporación, como la zona ambiental que pretendió armar en los predios del aeropuerto local Olaya Herrera.

Pero el que más críticas recibió fue la caída de la venta de las acciones que las Empresas Públicas de Medellín (EPM) tiene en la compañía de comunicaciones, UNE. Quintero Calle adjetivó la negación de la iniciativa como “irracional” que llevaría al distrito a un “suicidio”, pues en el negocio se dejarían de percibir más de 2.8 billones de pesos.

Alfredo Ramos Maya, excandidato a la administración del distrito y hoy concejal de la ciudad, fue el encargado de responderle al alcalde los argumentos que expuso, como representante de la bancada del Centro Democrático que se acogió a la figura de oposición cuando arrancó el gobierno del movimiento Independientes en 2020.

Sus palabras fueron afectadas por las personas que estaban haciendo barra en las graderías del recinto. Cada afirmación fue reprochada con chiflidos. Aunque la mesa directiva pidió retomar el control del orden y entre los corporados había malestar por el ruido, los asistentes hicieron caso omiso a la petición y continuaron con la escena.

El vocero del uribismo acusó a Daniel Quintero de protagonizar presuntos hechos de corrupción y le formuló siete preguntas que causaron escándalo. Por ejemplo, en las dos primeras cuestionó el patrimonio que ha alcanzado el alcalde en los últimos dos años, pues Alfredo Ramos Maya considera que no hace juego con sus ingresos oficiales.

“Persecución política”, “acomodado”, “mentiroso”, “vergonzoso”, “fuera”, gritaron los asistentes. Pero la furia de la barra se desató cuando el concejal le lanzó la siguiente pregunta al mandatario: “¿Qué se siente ser el alcalde más odiado de la ciudad?”. En ese momento se extendieron por varios segundos arengas que impidieron el discurso.

Si bien el reglamento del Concejo de Medellín indica que este tipo de conductas no pueden tener lugar, el presidente trató de contener la avanzada de los presentes. Pero argumentó que Ramos Maya estaba “atacando el plano de lo personal”, eso lo comentó cuando uno de los integrantes del Centro Democrático le pidió cumplir la norma.

Una vez concluyó la intervención, los compañeros de la bancada del vocero denunciaron que las personas que se sentaron en las graderías habrían sido contratadas por los funcionarios de la administración del distrito para hacerle ruido a las preguntas que le formularon a Daniel Quintero Calle.

Ahora bien, el Centro Democrático denunció que es víctima de una “persecución con sevicia aguda” por parte del mandatario, una estrategia que estaría enmarcado en una presunta participación en política con miras a las elecciones locales de 2023, donde el alcalde ya les declaró la guerra a razón de que tienen un músculo político más influenciado que él.