Desde este miércoles 4 de abril, el temor se apoderó de los campesinos asentados en las regiones del Bajo Cauca y el Urabá antioqueño, principalmente. Y es que, ante la extradición de alias Otoniel, el Clan del Golfo anunció un “paro armado”.
Las amenazas se han cumplido. Al amanecer de este jueves 5, varias tractomulas bloquearon las vías de acceso a los municipios del Urabá antioqueño, específicamente en el Distrito de Turbo, sector El Tres. Además de los cierres, la comunidad ha presenciado la quema de los vehículos en las calles de los municipios de San Juan de Urabá, San Pedro de Urabá y Necoclí.
Las fachadas de las casas amanecieron marcadas con siglas alusivas al grupo delincuencial. En cuestión de horas, al menos 10 vehículos en el departamento de Antioquia fueron incinerados ante los ojos de los campesinos en Nechí, Cañasgordas, Yarumal y los ya mencionados.
No hay distinción para los criminales que se toman las calles. En su mayoría, son incinerados vehículos de carga y transporte de alimentos, pero también hay buses para la movilización de personas y hasta taxis. Alrededor de 3 mil operaciones de carga se encuentran paradas.
“Esperamos que las autoridades hagan el mayor de los esfuerzos y que la nación proteja a los conductores a nivel país, esta situación de orden público no se replique más porque somos los primeros afectados”, mencionó Ánderson Quiceno, representante de la Asociación de Transportadores de Carga.
Sin embargo, la situación se agrava en el Distrito de Turbo, el cual ya presenta una alteración del orden público. La comunidad se refugia en sus casas, mientras escucha los escalofriantes sonidos de la guerra.
“Tememos por que vaya a salir otro Otoniel, estamos temiendo otra guerra, las víctimas no queremos eso”, expresó Silvia Berrocal, firmante de la acción de tutela que pedía evitar extradición de Otoniel.
Aunque los camioneros tratan de reducir las llamas con sus extintores, no es posible detener la conflagración. “Tanto sacrificio y mire: lástima mi carro. Ayúdame, Dios mío. Le regué el extintor, pero no pude”, narró la víctima mientras registraba con su celular el camión entre el fuego, a la altura del sector conocido como Guarumo, en Caucasia.
Ese mismo corredor estuvo bloqueado durante siete horas por otros ilegales, luego de que un conductor fuera obligado a atravesar su vehículo en las dos calzadas, en jurisdicción del corregimiento de Puerto Valdivia y, en consecuencia, el transporte estuvo represado.
El panorama es incierto, en las calles los conductores rezan por no ser detenidos, mientras retornan tras el cierre en las vías represadas. A la par, las calles de los municipios permanecen desoladas, el comercio cerrado, las aulas vacías y la comunidad resguardada en sus hogares.
En un panfleto difundido por las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, aseguran que el “paro armado” se realizará durante cinco días, tiempo en el que las actividades sociales, económicas, educativas y culturales quedarán suspendidas, dice el comunicado.
Entre tanto, el aeropuerto Antonio Roldán Betancur anunció el cese de sus servicios debido a la inseguridad en la región. “Es importante que se comuniquen con sus familiares, amigos o conocidos para hacer sus desplazamientos”, informó a través de su cuenta de Twitter.
El gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, convocó un consejo de seguridad extraordinario y en las próximas horas se daría a conocer un plan de seguridad para restar protagonismo a las amenazas. Gaviria afirmó que “la violencia nunca ha ganado ni ganará”.