Los cuatro uniformados fallecidos luego de un trágico accidente de helicóptero que se registró en el municipio de Caramanta, sur de Antioquia, sin que aún se conozcan las causas, fueron los mismos que en el UH-60 Black Hawk se encargaron de realizar la búsqueda de Mane Díaz, el papá del jugador del Liverpool Luis Díaz, cuando estuvo secuestrado por la guerrilla del ELN el año pasado.
En el helicóptero iban Juan Carlos Morales Sáenz (35 años), César Andrés Rodríguez Ospina (35 años), Feder Alejandro Celis Núñez (37 años) y Rafael Antonio González Roncancio (33 años), el más joven del grupo, quienes hicieron parte de las operaciones para dar con el paradero del padre del jugador, cuando el país seguía con angustia la situación de su secuestro, quien luego fue liberado.
Mane Díaz fue secuestrado en La Guajira y estuvo 12 días privado de su libertad, para luego ser entregado a una comisión humanitaria de la ONU en Colombia y de la Iglesia católica en las estribaciones de la serranía del Perijá, cerca de Barrancas.
En esta operación, que estuvo a cargo de la Policía, por 10 días seguidos, en donde estuvo muy atento el general William René Salamanca, la tripulación que lamentablemente falleció en el accidente fue la encargada de realizar los sobrevuelos de ubicación y de inteligencia.
Así fue el accidente
Las víctimas abordaban un helicóptero adscrito a la Dirección de Antinarcóticos cuando, por razones desconocidas, la aeronave se precipitó y cayó en zona montañosa.
Organismos de socorro y autoridades se trasladaron hasta el lugar de los hechos y encontraron el helicóptero completamente destruido y los cadáveres de los ocupantes. Las imágenes develan la magnitud de lo sucedido.
El siniestro se registró en zona rural de Caramanta cuando las víctimas cumplían una misión entre la ciudad de Medellín y Tuluá, en el Valle del Cauca, donde le harían mantenimiento al equipo.
SEMANA conoció que, minutos después del despegue, se perdió todo tipo de comunicación con los pilotos. De inmediato, se activaron las labores de búsqueda y los campesinos de la localidad fueron quienes advirtieron de la caída.
Al parecer, ellos escucharon un fuerte estruendo y se encargaron de encender las alarmas. Dos horas después, una unidad de la Policía Nacional logró ingresar al terreno y comprobó la tragedia: el helicóptero colapsó y no hubo sobrevivientes.
El alcalde de Caramanta, Juan Esteban Correa, lamentó el siniestro y, en conversación con SEMANA, explicó que todavía se adelantan las labores en terreno para esclarecer las causas que desencadenaron la emergencia.
“Es un terreno montañoso, de difícil acceso, de mucha altura, que en las mañanas se presenta mucha nubosidad. Entonces puede haber muchos factores externos que hayan incidido en lo ocurrido”, dijo el mandatario local.