Hay conmoción en el municipio de Sabaneta, en el sur del Valle de Aburrá, por cuenta de un hurto que terminó en un hecho lamentable: un hombre que intervino para frenar el crimen fue asesinado por los ilegales.

Los hechos se presentaron en la zona urbana de la localidad cuando una pareja de sicarios abordó a dos mujeres que estaban transitando por el sector conocido como las Torres de Monarca.

En ese momento, les apuntaron con armas de fuego para que les entregaran los objetos de valor que cargaban. Mientras uno estaba vigilando la zona, otro forcejeaba con las víctimas.

La escena fue vista por un comerciante del municipio, identificado como Álex Calle, que no dudó en enfrentarlos. De acuerdo con la versión de los testigos, el hombre sacó un arma traumática para intimidar a los ilegales.

Sin embargo, uno de los delincuentes le disparó sin mediar palabra al observar que estaba armado. Luego, huyeron del lugar, dejándolo tendido sobre la vía pública mientras otras personas trataban de auxiliarlo.

Según el secretario de Seguridad, Convivencia y Justicia de Sabaneta, Mariano Atehortúa, las autoridades están trabajando para identificar a los responsables del homicidio que quedaron registrados en las cámaras de seguridad del municipio.

“Uno de los comerciantes del sector reacciona, quiere ejercer justicia por sus propias manos, los delincuentes accionaron el arma y esta persona, tristemente, falleció”, fue el reporte de la administración de esa localidad.

A la par, pidió a la comunidad que se abstenga de estas actuaciones y tengan confianza en la institución que trabaja día a día por la seguridad del municipio. Con base en la evaluación del comportamiento del orden público en Sabaneta, hay incrementos en las acciones ilegales.

Por ejemplo, desde que empezó el año, se han instaurado más de 180 denuncias donde las personas alegan ser víctimas de los delincuentes. Las pertenencias han sido quitadas con armas blancas, armas de fuego, objetos contundentes y escopolamina.

En su mayoría, los blancos son las mujeres y los grupos que no superan las tres personas. Si bien en años pasados las horas más frecuentes de los atracos eran la noche, ahora no hay un margen de temporalidad.

Por otro lado, en las últimas horas la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá reveló que, en lo corrido de ese año, se han instaurado cerca de 187 denuncias donde las personas advierten que fueron víctimas de los ladrones con el uso de la escopolamina.

Frecuentemente, se observan en redes sociales videos donde los transeúntes pierden misteriosamente el control de sí mismos y, cuando reaccionan, tienen fuertes síntomas de malestar y no tienen sus pertenencias.

Una mujer, por ejemplo, estaba en un restaurante de un sector exclusivo de Medellín cuando fue abordada por un hombre que sacudió sobre ella un saco. Minutos más tarde, tuvo mareos que la desestabilizaron. De acuerdo con su queja, desapareció su celular y el responsable sería el sujeto que se le acercó.

Cuando acudió a un centro hospitalario de la ciudad, los médicos diagnosticaron intoxicación producida por una sustancia psicoactiva que es extraída de un árbol: la escopolamina que habría aspirado tras la agitación de la prenda.

Como este caso, diariamente se reportan más de cinco casos en los municipios del Área Metropolitana. El fenómeno se está presentando con más frecuente en Medellín, donde el incremento, frente a las estadísticas del año pasado, es del 30 %.

“Esta modalidad delictiva se desarrolla donde tenemos estos entornos sociales: fiestas, restaurantes y bares. Hay un aumento importante y el llamado que le hacemos a las comunidades es que conozcan las medidas que se deben tener en cuenta frente a esta situación en la cual se ve en riesgo la persona y sus bienes”, comentó el subcomandante de la Policía Metropolitana, coronel Rolfy Jiménez.

Las quejas que se han recibido en la institución tienen puntos en común: la sedación se produjo luego de consumir productos suministrados por desconocidos intencionalmente para tenerlas bajo su dominio y cometer los hechos delincuenciales que, incluso, han llegado a abusar sexualmente de las víctimas.