Momentos de terror vivieron los integrantes de una familia que estaban disfrutando del puente festivo en la zona rural del municipio de El Carmen de Viboral, Antioquia. A la finca llegaron cinco delincuentes que les apuntaron con armas de fuego, mientras los despojaban de los elementos de valor que portaban. La Policía Nacional busca a los ilegales.
El hecho se presentó en la vereda Betania de esta población del oriente del departamento, cuando las seis personas estaban departiendo en un asado. A las 9:20 p. m. del pasado domingo fueron sorprendidos por cinco hombres fuertemente armados, quienes estaban cubiertos de negro de pies a cabezas. Ellos les obligaron a ceder en cada una de sus peticiones.
Julián estaba en el baño. A él le empujaron la puerta y con un revólver en la mano le pidieron guardar silencio mientras lo guiaron hasta el sitio donde estaba el resto de su familia. Vio a su hijo de 12 años y a su suegro sentado en una silla de ruedas, ambos estaban siendo intimidados con una pistola. También su esposa y otros dos conocidos.
Los sujetos les pidieron guardar silencio. Mientras uno de ellos los vigilaba para frenar con una bala cualquier movimiento en falso, el resto estaba buscando en toda la residencia dinero en efectivo y elementos de valor: tomaron las argollas del matrimonio de los esposos, un reloj, más de un millón de pesos y una pistola traumática.
Si bien alcanzaron a llevarse un computador, lo dejaron en el camino porque nos les generaba las ganancias que esperaban del hurto. A todos les pidieron los teléfonos, luego los metieron en una bolsa y les advirtieron que los dejarían a un lado del carro que estaba estacionado en el parqueadero, porque tampoco se los llevarían.
“Uno de ellos nos dijo que los celulares iban a quedar debajo de mi carro, que podríamos salir por ellos cuando pasara una hora después de haber abandonado la finca. Así pasó. Aunque queríamos disfrutar de la finca el resto del fin de semana, después de las 11 de la noche nos devolvimos para Medellín con mucho temor”, relató una de las víctimas.
Él asumió que han sido las dos horas más difíciles de su vida. Aunque no hay material probatorio que ayude a dar con el paradero de los responsables y a recuperar lo robado, confía en que las autoridades tomen las acciones pertinentes para prevenir este tipo de emergencias que ponen en riesgo la integridad física de las personas.
En su memoria borrosa está la silueta y el tono de voz de los delincuentes. Al parecer, tendrían entre 40 y 50 años. Cuatro de ellos tenían acento paisa y otro más venezolano. En el cuerpo tenían colgando elementos utilizados para la construcción, lo que daría cuenta de la pericia que tendrían para ejecutar este tipo de delitos.
Sin embargo, ante las amenazas, los hechos no les generaron mayores afectaciones porque su salud se encuentra en buen estado. Aunque el susto sigue intacto.
“Gracias a Dios nosotros estamos bien, pero la verdad ha sido un susto impresionante. Nosotros llegamos a Medellín sin ganas de volver al pueblito”, concluyó el hombre.
El comandante de la Policía Nacional en esta región del país, coronel Daniel Mazo Cardona, confirmó que la emergencia fue denunciada por el hombre a través de los canales digitales de la institución. Una vez se recibió la alerta, las unidades que estaban en el municipio se pusieron en contacto con la víctima para iniciar el proceso judicial.
“Están en la parte de investigación para mirar qué fue lo que se llevaron de la finca. Esperamos que la comunidad de la vereda nos dé información que nos permita dar con los responsables de este hecho”, afirmó el oficial.