La conmemoración del “estudiante caído” en Medellín estuvo marcada por disturbios y bloqueos que alteraron el orden público. En cuatro puntos de la ciudad hubo concentraciones, pero la situación más crítica se vivió en las inmediaciones de la Universidad de Antioquia.
Durante más de cuatro horas, los manifestantes atacaron a la fuerza pública con explosivos artesanales que lanzaron hacia la calle desde el interior del campus central de la UdeA. En consecuencia, la rectoría ordenó la suspensión de clases y la evacuación inmediata.
Mientras tanto, a un costado de la Universidad Nacional con sede Medellín y el Politécnico Jaime Isaza Cadavid, los protestantes ubicaron vehículos sobre las vías, afectando la movilidad entre el norte y sur del Valle de Aburrá. Al parecer, la oportuna reacción de la Policía Nacional evitó que los automotores fueran incinerados a razón de que fueron inmovilizados.
El Ministerio Público reseñó que durante la jornada dos personas fueron detenidas por las autoridades, porque tenían armas blancas, y un menor de edad resultó herido en un ojo en medio de los disturbios, el cual fue evacuado de la Universidad de Antioquia.
El brigadier general Javier Josué Martín Gámez, comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, aseguró que las fuerzas del Estado dieron todas las garantías para que la movilización se diera con normalidad, pero fueron los vándalos quienes protagonizaron la violencia.
“No se entiende qué hacen armas blancas o este tipo de elementos en una protesta social. Desafortunadamente [las manifestaciones] se tornan agresivas, la intensión de ellos es generar caos y las unidades del Esmad han impedido que ellos logren el cometido”, afirmó el comandante.
El trabajo de inteligencia de la institución tiene en el radar a 23 grupos radicales que estarían delinquiendo dentro de los centros universitarios de la ciudad para motivar el desorden en las calles. Prueba de ello son los registros de las cámaras de seguridad y el material incautado en las últimas semanas, que demuestran que los ilegales tienen altas capacidades de hacer daño.
Por ejemplo, se presume que el artefacto explosivo que se detonó dentro de una vivienda en cercanías a la UdeA iba a ser activado en medio de la celebración del “estudiante caído”. La emergencia dejó a una estudiante de 19 años muerta y otros tres universitarios lesionados, que están bajo custodia de las autoridades.
A raíz de la situación, el Consejo Académico expresó solidaridad con las familias de las víctimas e incitó a la comunidad universitaria a privilegiar el cuidado de la vida, dado que es común que en las manifestaciones se reporten lesionados.
“Insistir en este principio es en sí una promesa de mayor justicia social porque no renuncia al conocimiento crítico, al respeto por la pluralidad y a la defensa de los bienes públicos. En tal sentido, lamentamos profundamente que la expresión de inconformidad con las desigualdades o las injusticias de las que son testigos los jóvenes, implique, no una confrontación argumentativa, sino la pérdida de la vida o el daño de la integridad física”, se lee en el comunicado respaldado por los decanos y directores de las facultades, escuelas e institutos del alma máter.
Según la Policía, la víctima mortal estaba en segundo semestre del pregrado de Química en la Universidad de Antioquia y residía en la casa estudiantil. Murió a raíz de quemaduras en las vías respiratorias, politraumatismo en el tórax y una lesión en la mano izquierda.
Mientras que los heridos son de 21, 19 y 20 años. Los tres cursan programas de ingeniería en la Universidad Nacional, ITM y la UdeA. Ellos se encuentran en un centro médico, donde se recuperan de traumatismos y quemaduras. El pronóstico es reservado.
Finalmente, minutos después de que se presentara el incidente, la Policía capturó en el sitio a una mujer de 29 años, también estudiante, que habría participado en la manipulación del artefacto explosivo.