La movilidad entre Antioquia y el Eje Cafetero está afectada por cuenta de varios movimientos en masa que cayeron en la madrugada de este lunes sobre los ejes viales del suroeste del departamento.

Entre La Pintada y La Felisa, en jurisdicción del primer municipio, hay una montaña de tierra que está obstaculizando el paso en el punto de referencia 99, en el sector conocido como El Parador Mina.

De acuerdo con el reporte de la Concesión Pacífico Tres, el equipo técnico ya desplazó hacia la zona para adelantar las labores de remoción del material vegetal que tiene colapsado el tránsito hacia Manizales.

Si bien una de las vías alternas sugeridas por las autoridades es el tramo entre Santa Fe de Antioquia y Bolombolo, las fuertes precipitaciones generaron un deslizamiento que obligó al cierre total de la carretera, en la zona rural de Anzá.

Como vías alternas para conducir desde los municipios de Antioquia hacia el sur del país, puede tomar la ruta Medellín–Valparaíso–Caramanta–La Felisa; o Medellín–La Dorada–Manizales. Ambos tramos aumentan considerablemente los tiempos del viaje.

De acuerdo con el pronóstico del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres de Antioquia, seis poblaciones están en alerta roja por amenaza de movimientos en masa. En la lista aparecen Nechí, Santo Domingo, Ituango, Anzá, Frontino y Valparaíso.

Mientras que las probabilidades de inundaciones están vigentes en la cuenca baja del río Nechí y sus directos: El Bagre, Segovia y Zaragoza. Además, en la cuenca del río Murindó, “se recomienda especial atención al municipio de Murindó y centros pobladores ribereños”, se lee en el informe.

Si bien la temporada de lluvias finalizó en las primeras semanas de junio, las proyecciones del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) indican que las fuertes precipitaciones se mantendrán en algunos municipios de Antioquia.

Según las predicciones, en los próximos días se espera un incremento de lluvias entre 20 y 30 % por encima de lo normal en las subregiones del Valle de Aburrá, norte, nordeste, Magdalena Medio, suroeste, occidente y oriente.

Las poblaciones de esas zonas, en el primer semestre del año, concentraron el mayor número de afectaciones por cuenta del agua en el departamento: las montañas se saturaron y la tierra se desprendió sobre las vías y viviendas.

Si bien los territorios del Urabá antioqueño no presentan el mismo régimen de lluvias comparado con el resto de la región, dado que están referenciados con los del Caribe, el ambiente frío tendrá sus máximos al inicio del segundo semestre del año.

“Aunque se van a presentar precipitaciones, habrá otros sectores de Necoclí y, posiblemente, en Arboletes y San Juan de Urabá, donde se disminuirán considerablemente”, afirmó el director encargado de la oficina de Gestión del Riesgo de Antioquia, Diego Peña López.

En consecuencia, las autoridades detallaron que, si bien en algunos municipios se han presentado días soleados, el fenómeno de La Niña sigue presente y las personas utilizan esa condición para generar incendios en las montañas.

Durante lo que va corrido de 2022, las alcaldías han informado cerca de 17 conflagraciones de cobertura vegetal que consumieron más de 20 hectáreas, estadística que disminuyó en los primeros seis meses del año por las fuertes lluvias, comparado con las cifras de 2021: 35 incendios en el mismo período que afectaron más de 1.000 metros.

La invitación de los organismos de socorro es a no bajar la guardia, porque las emergencias generadas por la naturaleza podrían volver en cualquier momento, aunque los niveles de amenaza hayan disminuido.

“Fundamental que estemos atentos a las lluvias y unidos disminuyamos la vulnerabilidad vigilando niveles de ríos y quebradas y estabilidad en las laderas, pero también que en los días secos sigamos las recomendaciones para no generar incendios”, comentó el funcionario.