El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) reveló este lunes que dos personas que están internadas en las celdas del municipio de Apartadó, Antioquia, fueron diagnosticadas con la viruela del mono. Además, un ciudadano que se encuentra pagando una condena en una residencia de esa localidad también resultó contagiado.

Los primeros signos de alerta llegaron en la primera quincena de septiembre, cuando los reclusos dieron cuenta del malestar y las ampollas que empezaron a salir. Ambos tuvieron contacto con el virus en medio de las visitas que están programadas cada fin de semana en el único centro carcelario que hay en la subregión del Urabá antioqueño.

De inmediato, la dirección informó a las autoridades sanitarias de la localidad para que gestionaran la prueba con el fin de confirmar la enfermedad. Luego se ordenó el aislamiento preventivo mientras se emitía desde la capital del departamento el resultado de la muestra. En los pasillos de la cárcel se camufló la emergencia como si se tratara de casos de varicela.

Esclarecer el cerco epidemiológico dentro del penal fue otra de las tareas que se adelantaron en las primeras horas de la infección. En el pabellón dos se analizó la situación con lupa y, durante esa época, el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario pidió cancelar las visitas de los familiares de los internos para bloquear el alcance del virus

Sin embargo, una vez se estableció la identidad de las personas que tuvieron contacto con los dos enfermos, se abrieron nuevamente las puertas. Pero los habitantes de Apartadó han cuestionado esa determinación porque, sumado al hacinamiento que se sostiene en la cárcel, durante el sábado y domingo hay alto flujo de acompañantes.

Con base en los sistemas estadísticos del INPEC, con corte al tres de octubre, en el centro penitenciario de este municipio hay una sobrepoblación del 138 por ciento. Entre la lista de internos aparecen 536 condenados y 165 sindicados. Es decir, la capacidad de atención es para 296 personas y, de momento, detrás de las rejas hay 706 ciudadanos.

Esta cárcel es la que más preocupa a las autoridades porque es la que mayores números de hacinamiento registra en la región, incluso está por encima del promedio departamental que suma las condiciones operativas de 18 establecimientos que son operados por el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario.

Ahora bien, frente al estruendo que ha generado la filtración de la viruela del mono en el penal, la administración municipal de Apartadó emitió un comunicado de prensa donde explicó que los pacientes que se contagiaron con la viruela del mono se encuentran en buenas condiciones de salud y bajo el seguimiento del grupo especializado de la entidad.

“Actualmente, se encuentran cumpliendo el aislamiento y todas las medidas que indican los protocolos para el manejo de esta enfermedad, que está comprobado, se contagia por contacto estrecho con una persona confirmada, por lo que es importante tener presentes las recomendaciones”, se lee en el documento firmado por la Secretaría de Salud.

En el mensaje insistieron en el lavado de manos, no compartir elementos de uso personal, uso de mascarilla cubriendo boca y nariz. La entidad también insistió en acudir a los centros médicos cuando se presenten los siguientes síntomas: fiebre, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, dolor de espalda y ganglios inflados.

Tal como lo han sugerido, las autoridades sanitarias del orden nacional, la administración local de Apartadó reiteró que no debe haber alarma porque la situación está controlada, tampoco la estigmatización frente a las personas que son diagnosticadas a razón de que se tiene un antecedente lamentable.

Cuando se reportaron los primeros casos de covid-19, la comunidad trató de linchar a los enfermos, dado que los identificaron como una amenaza. En esa localidad están tratando de evitar que esa situación vuelva y se repita.