Un hipopótamo de más de un tonelada que fue parte del zoológico privado del extinto barón de las drogas Pablo Escobar, fue sacrificado de un tiro, en un procedimiento que las autoridades justificaron para evitar que dañara cultivos y pudiera herir o matar a alguien después de que escapó de su cautiverio.

Cazadores buscan a otros dos de esos mamíferos para darles el mismo fin. El animal recibió un tiro de rifle en la cabeza, una bala de calibre .375, el 18 de junio, pero la noticia sólo se conoció hasta la jornada en telenoticieros locales desde el departamento de Antioquia, en el noroeste del país, donde fue muerto el animal. El hipopótamo era buscado por dos francotiradores, de una fundación ambiental privada, que finalmente lo mataron en una zona cercana a un río en el municipio de Yondó, en el departamento de Antioquia y a unos 260 kilómetros al norte de Bogotá.

Cuando los cazadores se acercaron al animal le dieron "un tiro en el corazón" para asegurar la muerte y luego se procedió a su "partición porque era una necesaria opción que teníamos que hacer", dijo en diálogo telefónico Luis Alfonso Escobar, director de la Corporación Autónoma Regional de Antioquia (Corantioquia), la oficina encargada de la ejecución de las políticas y programas sobre el medio ambiente en aquella zona. Esa institución se encargó del procedimiento de pedir el permiso oficial y buscar a los cazadores. El animal era "suficientemente pesado y no se podía mover, inicialmente se hizo una disección, el animal se ‘despieza‘ (descuartiza), las viseras se entierran y las piezas, como cabeza y patas, se llevan a una colección oficial de zoología en la ciudad de Bogotá", agregó Escobar, un biólogo de profesión. Escobar dijo que recibieron la autorización para matar al animal del Ministerio de Ambiente, bajo la figura legal de "caza de control" o la cacería avalada por implicar un riesgo a la salud pública, de ecosistemas o de los ciudadanos. El funcionario dijo además que buscan a otros dos hipopótamos, que junto al primero escaparon hace dos años de la hacienda que era de Escobar, porque los animales han causado daños a cultivos, rompen cercas, han asustado a pescadores y ganaderos de la región. Visto las quejas y daños provocados y "antes de que estos animales terminen matando a una persona, es necesario tomar unas medidas de esta naturaleza", aseguró. Dijo que ningún zoológico aceptó a los artiodáctilos. Llamados al Ministerio de Ambiente para conocer detalles de la autorización no fueron atendidos de inmediato. Matar al animal "me parece mal. Yo no lo veo como una solución realmente porque es un animal que para el mundo está, en el estado de amenaza, dentro de la categoría vulnerable. Entonces pues nosotros no estamos contribuyendo a la conservación, sino que estamos haciendo todo lo contrario", dijo telefónicamente Néstor Varela, director técnico del privado zoológico de Matecaña, en la ciudad de Pereira, al oeste de Bogotá. Otros tres hipopótamos y dos rinocerontes que también pertenecieron a la colección de Pablo Escobar están en el zoológico Matecaña. El hipopótamo muerto era un macho de 1,5 toneladas de pesos, aproximadamente cinco años que escapó hace dos años de la finca "Nápoles", que perteneció a Pablo Escobar, jefe del cartel de Medellín abatido por la policía en 1993. A su muerte, la finca pasó a manos estatales. AP