Ángela María Robledo estaba trabajando en el Congreso con la minga -como llama a su UTL- cuando se enteró por los medios de comunicación que el Consejo de Estado falló en su contra. Aunque era pesimista al respecto y había decidido estar serena, la noticia la sacudió, había perdido la curul en la Cámara de Representantes. Estaba fuera. Hace pocos días Antanas Mockus también perdió su curul, lo cual aumentó la zozobra sobre su caso. Según el Consejo de Estado, Robledo incurrió en doble militancia, porque no renunció a tiempo al partido Verde antes de lanzarse como fórmula vicepresidencial de Gustavo Petro en las elecciones pasadas. La noticia cayó como un balde de agua fría para toda la oposición que en menos de 15 días perdió dos alfiles. Ahora, analiza cuáles caminos jurídicos y políticos tomará. En contexto: Mockus y Ángela María: el ‘knock out’ de la justicia a la oposición SEMANA: Había gran zozobra sobre el sentido del fallo, ¿esperaba lo peor? Ángela María Robledo: Yo estaba pesimista, sabía que habían escalado una enorme presión y tensión política al respecto, pero yo esperaba un fallo en derecho. Ahora, el salvamento de voto de la magistrada Lucy Jeannette Bermúdez, presidenta del Consejo de Estado, hay que conocerlo de manera exhaustiva y juiciosa porque quizá ahí están los argumentos que reflejan el planteamiento del alegato jurídico de mi abogado y el concepto contundente de la Procuraduría, Es decir, que no hay doble militancia, que las inhabilidades tienen un carácter totalmente restrictivo y que esta curul por primera vez, después de 28 años, es de la oposición y representa ocho millones de votos. SEMANA: Usted ha dicho que a Gustavo Petro y a usted los quieren “exterminar”, y si se une esa idea con las palabras de la representante María José Pizarro de que “ya no los matan con fusil”, la denuncia es grave. ¿Por qué lo dicen? A.M.R.: Es grave porque en Colombia ha sido muy difícil lidiar con una oposición en democracia. Lla han exterminado, la Unión Patriótica es el claro hecho político del genocidio: cerca de 4.500 asesinatos. Hoy hay una sobreviviente en el Congreso, Aida Avella. A los líderes y lideresas los están asesinando, desde hace mucho tiempo pero de manera particular desde 2016 cuando se anuncia la firma del acuerdo, porque están defendiendo el agua, el territorio, la paz, los derechos humanos. Uno se pregunta qué pasa. Cuando se mira en perspectiva lo que está ocurriendo, esto lo tengo que aclarar, no es decir que el Consejo de Estado o que estos magistrados nos están persiguiendo, pero hay un ambiente de macropolítica donde sí podríamos decir que hay una estrategia de nuevo, quizá ya no de matarnos físicamente pero sí exterminarnos políticamente. Lea el artículo completo