Siete jóvenes y dos carpas. Así comenzó el campamento por la paz, el mismo que se instaló después de la conmovedora marcha de los universitarios, que condujeron a más de cincuenta mil personas a llenar la Plaza de Bolívar como nunca antes se había visto, abarrotada por sus cuatro esquinas, con un solo reclamo: "Acuerdo de paz, ya".Esa noche, la del miércoles 4 de octubre, Alejandro Díaz y seis de sus amigos decidieron no regresar a sus casas. No podían hacerlo, ni sentarse de brazos cruzados ante tamaña incertidumbre. De irse, pensaron, el acuerdo de paz tardaría en llegar. La solución, ocupar la plaza, la misma donde se concentra el poder el Estado: el Congreso, el Palacio de Justicia, la Alcaldía, la Catedral, y muy cerca, a menos de mil metros, la Casa de Nariño. Todo comenzó con dos carpas, hoy pasan de 100 las que habitan el corazón de la capital.Le sugerimos: Así se vive en el Campamento por la PazSemana.com pasó una noche en la intimidad del campamento. La noche del lunes 10 de octubre, la noche más crítica, la noche en el que el campamento estuvo a punto de estallar en mil pedazos. La instalación de la artista Doris Salcedo, que cautivó al mundo el martes, obligaba al campamento a desalojar la plaza. De hacerlo, pensaron algunos, jamás podrían volver. La primavera colombiana podría marchitarse a solo seis días de haber empezado a germinar. La decisión no era fácil, y tuvo que sesionar la Asamblea del campamento para dirimir el conflicto. No hubo gritos ni insultos, como a veces se ve adentro del capitolio, a pocos pasos de la plaza, y por el contrario, respeto a los puntos de vista de unas personas que hace una semana no se conocían, pero que ahora conviven, comen y sueñan con la misma palabra, paz.Puede leer: Las críticas a Doris Salcedo por su intervención en la plaza de BolívarTodos se pronunciaron, todos se manifestaron. En menos de dos horas hubo acuerdo, y por aclamación ganó el Sí. Sí despejaban la plaza para la artista, pero volverían con más fuerza. Este jueves el campamento vivirá horas de fuego. El movimiento espera que las carpas se multipliquen, y que la Plaza de Bolívar se llene.