Hace 20 años Guillermo Vásquez vive un karma: compró un predio en el suroccidente de Bogotá y nunca ha podido sacarle provecho. Al contrario, cada día le trae nuevos problemas que no sabe cómo quitarse de encima.¿Cómo es la historia? En 1996, Vásquez compró un terreno de 1.566 m² en la calle 37D sur 68h-50 del barrio Floralia en la localidad de Keneddy. Como por lo general los bienes raíces se valorizan, su idea era poder vender algunos lotes en los años siguientes o, por qué no, construir viviendas.Sin embargo, por cuestiones de salud de una de sus hijas, ese mismo año tuvo que trasladarse a Medellín. “Tengo una hija que sufre de artritis y no podía seguir viviendo en un clima tan frío. Nos fuimos y terminé descuidando el lote. (…) A los años volví y me di cuenta de que la administración Distrital había construido, sin mi consentimiento, un centro de salud”, contó Guillermo a Semana.com. Se trata de la Unidad de Salud Mental y Farmacodependencia Floralia del Hospital de Kennedy, que empezó a funcionar allí el primero de enero de 1998, el mismo día en que Enrique Peñalosa asumió su cargo como alcalde de Bogotá en reemplazo de Antanas Mockus, quien renunció al cargo para aspirar, en ese entonces, a la Presidencia de la República.“Llama la atención cómo una Alcaldía, una Secretaría de Salud, tiene la posibilidad de apropiarse de unos territorios que no le pertenecen. Es increíble cómo ocupan o despojan de su propiedad a un ciudadano de bien por no haber hecho ocupación del terreno”, manifestó Helton Gutiérrez, actual abogado de Vásquez.Después de buscar explicaciones durante años sobre lo que estaba ocurriendo con su predio, finalmente el 4 de agosto del 2014 el Hospital de Kennedy le contestó a Vásquez que la Unidad Mental se descentralizó y debía buscar las respuestas directamente en la Secretaría de Salud.Por esa razón, Vásquez enfocó sus pesquisas en la Secretaría Distrital. Pero allí, según dijo, tampoco ha encontrado respuestas. Y es que hay muchas piezas que no encajan. A este ciudadano de 50 años, le siguen llegando, con normalidad, los impuestos prediales de ese terreno. Advierte que debe más de 100 millones de pesos que no pagará por un predio que le fue quitado.Pero no sólo le llegan los recibos del impuesto. Por parte de la Secretaría de Hacienda le han llegado notificaciones en las que lo invitan a que pague el impuesto y “evite la apertura o avance en procesos coactivos que generen mayores costos”. Ante la ausencia de respuestas por parte de la administración, Vásquez teme que procedan con un embargo.Semana.com buscó, de manera insistente, a voceros de la Secretaría de Salud para obtener su versión de este insólito caso. En una escueta respuesta, la entidad aseguró que ese terreno corresponde a una “zona denominada servicio comunal” y cuenta con un acta de aprehensión (No. 021 del 13 de julio de 1995)  entregada por la Defensoría del Espacio público.  Según expertos, las zonas denominadas “servicio comunal” son aquellas en las que el urbanizador cede en cumplimiento de la norma para servicio comunitario, como parques, salones comunales, zonas verdes, entre otras.“No obstante lo anterior, teniendo en cuenta que el bien inmueble aparece como un bien de uso público a cargo del Distrito Capital, consideramos importante remitir dicha consulta a la Defensoría del Espacio Público para que dé la información correspondiente, por ser esta la entidad encargada de administrar la propiedad inmobiliaria del Distrito”, respondió la Secretaría por medio de un correo electrónico.Este portal se comunicó con funcionarios de la Defensoría del Espacio Público. Allí aseguraron que ese predio –según los registros- aparece como un área de cesión que fue entregado por la Urbanización Floralia y, por eso, el Distrito lo tomó a su disposición. Pese a eso, manifestaron que realizarán algunas visitas para estudiar el terreno y poder esclarecer la situación.“Nosotros estamos enmarcando en un escenario bastante complejo donde ya no hablamos de despojadores de tierras como los grupos al margen de la ley, sino que es el mismo Distrito  el que ejerce un despojo de tierras a un ciudadano de Bogotá (…) No entiendo cómo se apropian de un terreno sin hacer un estudio de título, ni se llama a una conciliación”, manifestó el abogado de Vásquez.El caso tiene todos los ribetes de una tragedia personal, pues Vásquez ahora no sabe qué hacer y nadie le responde por un predio que, según él, es suyo. En el Distrito están seguros de lo contrario.