En las últimas semanas, decenas de estudiantes de la Universidad de los Andes han venido protestando pacíficamente por el alto costo de la matrícula definido para el próximo año. Tal como quedó estipulado por la Universidad, en el 2018, el semestre de la mayoría de las carreras costará cerca de 16 millones de pesos en promedio, y en Medicina el costo de matrícula será de 23 millones de pesos.Para los manifestantes, este incremento no está acorde con la realidad de un país con un gran nivel de desigualdad y no se ajusta a lo que dice la ley. Según la ley 30 de 1992, aunque las universidades privadas tienen total autonomía de aumentar sus costos anuales, este incremento no puede sobrepasar los dos puntos porcentuales del Índice de Precios del Consumidor (IPC); y de ser así, la institución debe justificarlo.A raíz de las protestas, las directivas de la Universidad explicaron en un comunicado que:“La metodología utilizada para determinar el valor de las matrículas para el año 2018 no ha sufrido modificaciones durante la última década y es resultado de los análisis y modelos financieros de largo plazo propios de la institución. Esto significa un ajuste de dos puntos porcentuales por encima del valor del Índice de Precios al Consumidor (IPC) estimado para el cierre del año en curso y justificado por la misión institucional de proveer una oferta académica de excelencia”No obstante, el debate sobre el alto costo de la matrícula no ocurre solamente en la Universidad de los Andes. Según cálculos del Observatorio de la Universidad Colombiana -en un informe para Semana.com-, entre 2007 y 2014, las matrículas de las 30 primeras universidades privadas del país ascendieron en promedio entre un 80 % y un 120 %, mientras que el salario mínimo apenas creció un 42%.