La cuarentena por cuenta del coronavirus paralizó la economía, no solo en Colombia sino en el mundo entero. Sin embargo, la situación de la población más vulnerable es preocupante pues la gran mayoría son trabajadores informales que viven del día a día. 

En Soacha, uno de los municipios más pobres de Cundinamarca, la situación no da tregua. Para centenares de familias es imposible cumplir la cuarentena impuesta por el Gobierno porque no salir a trabajar implica dejar de comer.  En el barrio Casaloma, de acuerdo con un censo hecho por los mismos habitantes, cerca de 700 familias no están registradas en un libro de la junta de acción comunal pues viven en la "zona verde" del mapa. En realidad esta zona es un barrio de invasión en donde viven muchas personas que necesitan esos mercados, a los cuales únicamente pueden acceder si aparecen en el libro de la junta.  Ante esta situación, la Alcaldía de Soacha, en cabeza de Juan Carlos Saldarriaga, creó la estrategia de los "trapos rojos", con el fin de despertar un sentimiento solidario entre los vecinos de la zona. Quienes tengan un trapo de este color en su ventana o puerta, significa que necesitan mercado o algún tipo de ayuda para sobrellevar esta cuarentena. Entre los mismos vecinos están ayudándose mutuamente para salir adelante. "Yo dije que en Soacha se iba morir más gente por hambre que por coronavirus. Hoy gracias a Dios no tenemos ningún muerto por coronavirus en nuestra ciudad pero hay mucha gente pidiendo comida. Estas personas viven del día a día y con la cuarentena no pueden salir a trabajar", dice Saldarriaga.

"Lo que pedimos los habitantes de Casaloma es que las ayudas que lleguen aquí las manden de casa en casa a las personas que lo necestian", explica entre lágrimas Delfina Cárdenas, habitante del barrio.