“No hay nada más importante para la humanidad, para Colombia, que proteger nuestro ambiente, pero sobre todo nuestras fuentes de agua”, señaló el presidente Juan Manuel Santos en el evento de delimitación del páramo Sumapaz, el más extenso del universo.Sumapaz, extremo sur de Bogotá, cuenta con un área de aproximadamente 315 mil hectáreas e integra 25 municipios.En general estos complejos ambientales se extienden por 12 departamentos y 138 municipios y abastecen acueductos para más de 12 millones de colombianos.Por otro lado la comitiva, integrada por el ministro de Ambiente Luis Gilberto Murillo y el alcalde Enrique Peñalosa, resaltó que el páramo Guantiva-La Rusia, situado en Boyacá y Santander, contiene el 12% de la flora de los páramos en Colombia y 18% de mamíferos endémicos.Santos recordó que la región de Sumapaz fue estratégica para las Farc y por ello se establecieron batallones de alta montaña, hoy “esos batallones de están sembrando frailejones. El batallón de alta montaña que queda aquí en Sumapaz está haciendo exactamente eso, recuperando el páramo, protegiéndolo como fuente. Ese es un cambio maravilloso”, sostuvo el mandatario.SEMANA visitó la zona y encontró esta historia de soldados y frailejones:Al soldado Carlos Cuenca le dijeron que por ser negro y de tierra caliente no servía para patrullar a la altura del páramo, y lo mandaron a combatir al llano. El cabo Alfredo Vargas se retiró de sus estudios ambientales, su pasión, para entrar a las filas del Ejército. Y ambos, sin esperarlo, reencontraron esa vocación refundida en el Sumapaz, un antiguo campo de batalla donde el rastro de la guerra es cada vez más difuso. En ese santuario natural, declarado parque nacional desde 1977, se asentaron por décadas los campamentos guerrilleros del temido Romaña. Ahora de ese temible pasado sólo quedan algunas ruinas donde pastan vacas y mulas. Como lo fue durante siglos, los reyes del páramo volvieron a ser los frailejones. Siga leyendo la historia aquí.