Ivanieves era una princesa muy blanca, con una hermosa cara de muñeca, que fue senadora y luego quedó huérfana a muy temprana edad. Su padre se casó entonces con una malvada y vanidosa mujer que hablaba a su espejo mágico: –Espejito, espejito: dime, ¿quién es la reina más bonita? –le preguntó una mañana. –Eras tú, pero ahora es Ivanieves. Al escuchar aquella respuesta, la mujer enfureció. –¡Oigan a este! –clamó–, ¡estudie, vago! Y dio orden a su estafeta para que, como miembro de la fuerza letal del Estado, entrara a matar: –Pasen al papayo a Blanca Iván, porque no estaría recogiendo café. –Es Ivanieves… –Eso; y luego le ponen un vestido camuflado. Haga clic aquí para leer la columna completa "Ivanieves y los 7 enanitos"