Las misiones tenían dos nombres clave: Mercurio 146 y Malaquía, radicadas bajo las órdenes de operación 176 y 075 con vigencia entre el 20 y 23 de mayo de 2019. El Ejército Nacional utilizó esos dos documentos para legalizar el trabajo de una docena de militares de contrainteligencia encargados de comenzar una cacería en la propia institución, y en los medios, con el fin de dar con los responsables de contar graves irregularidades. Le recomendamos: Operación silencio Esos documentos forman solo una parte de los hallazgos de la Procuraduría General. Hacen parte del arsenal de evidencias con que el Ministerio Público formuló pliego de cargos al general Eduardo Quirós, hasta hace pocas semanas a cargo del Comando de Apoyo de Combate de Contrainteligencia Militar (Cacim), así como contra el segundo de esa unidad, el teniente coronel William Roberto Medina. Los oficiales tendrán que enfrentar un proceso señalados de cometer “faltas gravísimas”, que implican una sanción de más de diez años. No es menos grave que esa investigación, como aparece en el pliego de cargos, deja en evidencia que el actual comandante del Ejército, general Nicacio Martínez, ordenó realizar esa “cacería”. Él ha negado insistentemente a la opinión pública que hayan desarrollado alguna actividad de contrainteligencia para cazar informantes y fuentes de los medios. Sin embargo, los testimonios y nuevas evidencias demuestran otra cosa. Vea también: "O usted me soluciona lo mío o voy a salir a contar todo (...) así me toque involucrar a mi general Lasprilla" El caso también menciona al comandante de la Segunda División del Ejército, general Mauricio Moreno. De acuerdo con el escrito de la Procuraduría, él mismo acepta que gente de contrainteligencia se desplazó a Bucaramanga a realizar varias actividades. Aunque advierte que nunca conoció detalles, contó que recibió la orden del propio comandante del Ejército. Lo cierto del caso es que Moreno negó públicamente que en la sede de su unidad militar efectuaron parte de esas actividades de persecución y presión para dar con los militares que contaban los problemas de derechos humanos y corrupción en las filas. Hoy queda claro que sí hubo una operación de cacería en su división. Lea aquí el artículo completo.