Algunas unidades del Ejército ejecutaron durante varios meses uno de los casos de espionaje más delicados en la historia reciente del país. Entre febrero y los primeros días de diciembre del año pasado, las actividades de más de 130 ciudadanos fueron blanco de lo que los militares llamaron “perfilaciones” y “trabajos especiales”. En esas misiones, por medio de herramientas informáticas y de software, realizaron búsquedas y recolectaron masiva e indiscriminadamente toda la información posible de sus objetivos para elaborar informes de inteligencia militar. Teléfonos, direcciones de residencia y trabajo, correos electrónicos, amigos, familiares, hijos, colegas, contactos, infracciones de tráfico y hasta lugares de votación forman parte de estos perfiles. SEMANA tiene en su poder decenas de estos documentos, y durante semanas entrevistó a más de diez fuentes, muchas de las cuales participaron en esta operación que incluyó al menos a 130 personas, entre periodistas, exministros, funcionarios de Presidencia, generales, políticos y sindicalistas, entre otros. Lea el informe multimedia sobre esta completa investigación