La captura del contratista Andrés Alberto Cardona en el norte de Bogotá deja claro que en la investigación por el ‘carrusel’ de contratos de Bogotá quedaron muchos títeres con cabeza. Aunque las autoridades lo capturan por ser el encargado de recoger sobornos del Consorcio Canoas Constructores, firma en la que participa Odebrecht, para entregarlos a funcionarios públicos, no es la primera vez que su nombre suena en expedientes judiciales.Recomendamos: Los detalles inéditos del escándalo de Odebrecht La captura de Cardona promete abrir otro capítulo adicional en el escándalo de los sobornos de la compañia brasilera. Por ahora, la justicia apenas ha comenzado a esculcar a los funcionarios involucrados en dos episodios: la Ruta del Sol tramo dos y el otro sí para la construcción de la vía Ocaña-Gamarra. En ambos procesos los dos implicados han resultado ser los eslabones clave para descifrar el entramado de corrupción que operaba en esas mega obras. Por eso, se anticipa que con Cardona podrá suceder lo mismo y que vendrán revelaciones que involucren a terceros. Cardona es un viejo conocido del mundo de la contratación estatal. Testimonios lo señalan de ser un hombre cercano a la administración de Samuel Moreno y de haber presionado la entrega de contratos en la Empresa de Acueducto de Bogotá y la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP). Junto a su nombre aparece el del ingeniero Orlando Fajardo como uno de los enlaces entre contratistas y el exalcalde Moreno.Puede leer: Odebrecht: todos los caminos conducen al Ñoño ElíasSin embargo, varios años después de este escándalo y mientras la Fiscalía avanza en otro gran capítulo de la corrupción en Colombia, por los sobornos de Odebrecht en Colombia, revivieron todas las coincidencias. Ahora, el ente investigador va tras la pista de las irregularidades en la adjudicación de las obras del túnel Tunjuelo –Canoas en el 2009, contrato por el que, según las denuncias, se pagaron sobornos por 8.7 por ciento de valor del contrato para ser adjudicado.Los organismos de control, Fiscalía y Procuraduría, realizaron inspecciones a las oficinas de los competidores de Odebrecht, en las firmas de ingeniería que con las que trabajaron, de sus socios y de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, en donde bajo la administración de Jorge Pizano Callejas se adjudicó el primer contrato a la firma Odebrecht, en Colombia.La adjudicación fue hecha el 30 de diciembre del 2009, en el encargo por vacaciones que le dejó el entonces alcalde Samuel Moreno a Héctor Zambrano (condenado por el ‘carrusel’ de las ambulancias por contratos firmados ese mismo año). En los diez días que estuvo al mando de la ciudad se hizo la adjudicación por 243.000 millones de pesos.Infografía: Los tentánculos de Odebrecht en ColombiaEste proceso estuvo rodeado de cuestionamientos. Óscar Ortiz, exzar anticorrupción, alertó en su momento por sobornos hasta por 18.000 millones de pesos. “Notaba un vicio de procedimiento en la adjudicación del interceptor Tunjuelo-Canoas por una ruptura de principio de igualdad y manipulación de criterios que debían recaracterizar las experiencias de oferentes que querían hacer valer experiencia adquirida en el extranjero de cara al proceso”, dijoLa adjudicación salió a favor del Consorcio Canoas: el 60 % lo tenía la Constructora Norberto Odebrecht SA, sucursal Colombia y el 40 % CASS constructores de la familia Solarte, también socios de Odebrecht en Ruta del Sol 2. Aunque presentaron la propuesta más alta fueron los ganadores del contrato. En el comunicado de prensa de la Fiscalía, se señala a Andrés Cardona como el encargado de presuntamente recoger los sobornos del consorcio y enviarlos a los funcionarios públicos. De avanzar en esta misma línea, también serían llamados a responder otros viejos conocidos de la contratación en Bogotá en cabeza del ingeniero Carlos Solarte, que precisamente actúan como socios del consorcio que se quedó con las obras de Tunjuelo. De esta manera, la obra para la construcción de uno de los interceptores que conecta el río Bogotá con la planta de saneamiento de Canoas, el sueño de los bogotanos, terminó en veremos por cuenta de la corrupción. Un lío en la terminación de las obras, dirimido por un tribunal de arbitramento, fue ganado por el consorcio en octubre del 2015. La orden de absolverlos de cualquier responsabilidad vino acompañada de la liquidación del contrato y la devolución de la retención de la garantía lo que suma 11.834 millones de pesos.Con las obras incompletas, y después de seis años de abierta la primera licitación, tuvo que abrirse otro proyecto, esta vez por 24.000 millones de pesos. A finales del año pasado el contrato para terminar la obra y extraer las tuneladoras fue adjudicado al Consorcio de Infraestructura S.A., integrado por las empresas Asigna y Solarte Nacional de Constructores, Sonacol S.A. La acción de la Fiscalía deja en evidencia que las denuncias del competidor francés Soletanche Bachy Cimas así como de los entes de control, iban por buen camino. Las confesiones de los implicados tienen respondiendo a Cardona por los delitos de cohecho y celebración indebida de contratos. Y este martes será el tercer implicado dentro del escándalo de Odebrecht en pasar al banquillo de los acusados ante un juez de Bogotá.