Los colombianos despertaron este domingo con una noticia espeluznante. La Fiscalía informó de la captura de un campesino en Guarne (Antioquia) señalado de haber cometido casi 20 asesinatos. No es la primera vez en tiempos recientes que algo tan macabro sacude a la sociedad.El caso anterior ocurrió hace tan sólo siete meses cuando se conoció la macabra historia cuyo protagonista era Freddy Valencia, un habitante de calle que vivía en un cambuche, en la falda del cerro de Monserrate en Bogotá. Tras la captura en los primeros días de diciembre, el hombre de 34 años confesó el asesinato de 11 mujeres cuyos cadáveres fueron recuperados. El ‘Monstruo de Monserrate’, como se llamó a Valencia, espera por estos días una segunda condena. Mientras tanto, los medios informan sobre un nuevo caso de crímenes en serie, esta vez en una vereda antioqueña.Podría ver este video: Exclusivo: el monstruo de Monserrate se confiesa Se trata de Jaime Iván Martínez Betancurt, un agricultor de mediana edad a quien las autoridades le seguían la pista desde el 19 de enero pasado. En ese momento, la Fiscalía abrió una investigación por la desaparición de su compañera sentimental, María Gladys Arango. Aunque los sabuesos del CTI y del Gaula del Ejército acudieron a la casa del agricultor, situada en la vereda Hojas Anchas de Guarne, con el firme propósito de recabar información por la desaparición de la mujer, lo que encontraron los dejó estupefactos.El agricultor, quien también laboró como vendedor ambulante, no sólo confesó el crimen de Gladys, también el de su esposa y sus dos hijos (de cinco y siete años), a quienes, según dijo, asesinó en noviembre del 2015. Lo hizo ahorcándolos con una cuerda de nylon y enterró sus cuerpos en la finca que custodiaba.   Los investigadores no podían dar crédito a macabra confesión, que ponía en evidencia que no estaban frente a un asesino cualquiera. Lo que oyeron después los dejó aún más desconcertados. El hombre les contó a los investigadores que era el responsables de 17 homicidios más que habría ejecutado en los pueblos de Antioquia y Valle del Cauca, donde residió. Las autoridades están estableciendo cuáles son.    “La Fiscalía se encuentra constatando estas versiones que nos ha dado esta persona”, dijo el director de seccionales de Seguridad Ciudadana de la Fiscalía, Luis González.   Los últimos crímenesTras la confesión de Martínez, inmediatamente los investigadores iniciaron las labores de registro y allanamiento de la humilde morada y hallaron las prendas de vestir que llevaba el día de la desaparición de la compañera sentimental. También encontraron rastros de sangre en las paredes de la vivienda.De manera rápida los sabuesos adscritos a la Fiscalía establecieron que el hombre usó una artimaña para ocultar el crimen de su esposa y sus dos hijos. Martínez se hizo pasar por su exesposa y le envió mensajes desde el teléfono a su suegra en los que le indicaba que ella había abandonado al agricultor y que prefería no revelar su paradero.   En la vereda se rumoraba de las extrañas desapariciones y muchos de los habitantes se preguntaron por el comportamiento del este agricultor a quien señalaban de ser una persona introvertida y de pocos amigos. Lo cierto es que hasta la desaparición de Gladys, las autoridades no tenían indicios de su conducta homicida.La Fiscalía tiene por delante un larga investigación no sólo para corroborar la versión de este hombre, sino también tendrá que establecer quiénes son las víctimas.Las autoridades ya están haciendo el mapa de los recorridos de los municipios en los que vivió Martínez. Esa información tendrá que ser cotejada con las fechas y casos de desaparecidos.Por ahora está claro que cuatro personas perdieron la vida y lo que ocurrió con ellas sólo lo conoce este confeso asesino.