Durante los últimos meses, el proceso de paz con las FARC ha entrado en una etapa vertiginosa. En julio, se anunció el fin del conflicto; en agosto, el cese unilateral al fuego definitivo; y durante todo septiembre, el país deberá prepararse para ir a las urnas, el próximo 2 de octubre.Uno de los temas que más preocupa a la ciudadanía es qué pasara después de esta fecha. ¿Se logrará lo acordado? ¿Por dónde se empezará? y ¿Cuál será el papel de los gobernantes locales?El Gobierno Nacional parece tener claro cómo acomodará sus fichas para la implementación. Sin embargo, el panorama desde los territorios es muy distinto. En un conversatorio organizado por Gobernantes y Posconflicto, una publicación de Semana, algunos alcaldes del Pacífico expresaron sus preocupaciones sobre el tema.Y aunque todos destacan como un hecho muy positivo la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC, la sensación que queda es que, en un país caracterizado históricamente por su centralismo, una nueva relación entre el Gobierno Nacional y los gobiernos locales será necesaria para que el posconflicto sea una realidad.Según tres alcaldes, entre ellos, Claudia Inés Cabrera, alcaldesa de Policarpa (Nariño); María Emilse Angulo, alcaldesa de Tumaco (Nariño); y Pablo Andrés Piso Losada, alcalde de El Candono (Cauca), en cuyos municipios habrá zonas de normalización, el Gobierno sólo les avisó un día antes la noticia."Nos llamó Simón Gaviria y nos dijo que el territorio había sido seleccionado dentro de las 23 zonas de normalización", expresó Cabrera.Además, aunque se creería que desde ya tendría que sentirse más tranquilidad desde los territorios, la alcaldesa de Policarpa afirma que, tras el anuncio del cese al fuego, han incrementado los problemas sociales en su territorio. "Ha llegado gente de todos lados, supuestamente a ayudar, pero uno no sabe qué es cierto o no".En esta misma línea, la alcaldesa de Tumaco expresó que "soñar con la paz es la mejor noticia que pudo haber escuchado la ciudadanía tumaqueña en los últimos 50 años". Sin embargo, las cosas no han mejorado. "En el año anterior, por esta misma fecha, Tumaco sumaba 84 homicidios, hoy lleva 90. Entonces uno se pregunta ¿Qué está pasando?, ¿Cuál será la verdadera solución de los problemas en los territorios?”.La reflexión es que no será únicamente firmando el cese bilateral al fuego con las FARC, ni el ELN, como se resolverán los problemas de violencia en el municipio, pues "desafortunadamente estos grupos le enseñaron a la ciudadanía a delinquir, a cultivar coca, a procesarla y a tomar una lancha e irse con la cocaína a México", apuntó Angulo. "Es un mal arte que ya aprendió la ciudadanía".Según varios mandatarios, ahora los homicidios no serán porque las FARC manden a matar, sino porque seguirán los ajustes de cuentas entre jóvenes que no pasan de 16 a 25 años que continuarán en negocios criminales. "Eso tiene un nombre y es el problema complejo del narcotráfico", explica.Por otra parte, Arbey Antonio Pino Mosquera, alcalde de Itsmina (Chocó), municipio que cuenta con más de 12.000 víctimas y en el que las necesidades son muchas, afirma que aunque, hay dificultades, hoy el gobierno está llegando, pero faltan recursos, pues la gente quiera más desarrollo para sus comunidades."Tenemos funcionarios del Gobierno que están trabajando con nosotros, estamos priorizados por el Gobierno Nacional, y apadrinados por los ministerios. Sin embargo, lo que pedimos es realmente se nos apoye para ver cómo podemos ayudar a que los campesinos siembren"."La gente quiere volver al campo. En Chocó somos ricos en agricultura y no podemos darle a todos, no alcanza, hemos presentado 5 proyectos en materia agrícola que están pendientes, aspiramos que con el tema del posconflicto sean viabilizados".Además de seguridad y recursos, otra de las preocupaciones es el problema del narcotráfico.En este aspecto, Milton Cueva, alcalde de Miranda (Cauca), sector donde pernoctaba el sexto frente de las FARC y hay una fuerte influencia del narcotráfico, la preocupación es que lleguen nuevas organizaciones a tomarse el mercado."Sabemos que nuestros campesinos siembran marihuana, pero en los últimos meses ha habido una connotación diferente y es que ha aumentado el cultivo de la coca, la gente del sur está llegando y está comprando tierras para sembrar coca. Yo pregunto: ¿Estamos solos? Hasta ahora sí, pero tenemos la responsabilidad de afrontarlo".Finalmente, Jenny Nair Gómez, alcaldesa de Villarica (Cauca), apuntó que a pesar de todas las dificultades que presenta cada municipio en su particularidad, hay que buscar alternativas."Cuando uno escucha a gente que va a votar por el No, uno se pregunta si a esa gente realmente vivió de cerca el conflicto, o si al menos sabe que en Toribio hay una laguna preciosa, un ecosistema, una flora, una fauna que no hay en la ciudad. Si la mayoría de la gente conociera eso, entendería que se avance en este proceso", dijo."Los colombianos nos hemos perdido de mucho, durante 50 años hemos perdido la oportunidad de conocer a Colombia", agrega Gómez.Para los alcaldes, la solución se encuentra en la inversión social.Todos celebran lo que se está firmando, pero el llamado al Gobierno es que, además de los acuerdos, se debe avanzar ya en temas sustanciales para garantizar realmente la paz en el territorio. Desde una visión local, la sensación es que "la integralidad con la que se debe abordar está quedando un poco corta, precisamente porque no sabemos qué viene en el futuro, para estos municipios ", explica la alcaldesa de Tumaco.*Mónica Jaramillo, periodista de Gobernantes y Posconflicto