Después de tres años de contactos secretos y 10 meses de retrasos, delegados del gobierno de Juan Manuel Santos y de la guerrilla del ELN se reúnen en la Hacienda Cashapamba (Ecuador), propiedad de los jesuitas, para instalar la mesa de negociaciones de paz. "La fase pública de conversaciones (...) nos permitirá alcanzar la paz completa", dijo el presidente Juan Manuel Santos hace unos días, mientras veía el masivo traslado de los miembros de las FARC a las zonas veredales donde harán su tránsito definitivo a la vida civil. En una ceremonia de una hora y media, los jefes negociadores del gobierno, Juan Camilo Restrepo, y de la guerrilla, Pablo Beltrán, abren las conversaciones ante representantes de los países garantes -Ecuador, Brasil, Chile, Cuba, Noruega y Venezuela-, 150 invitados y unos 60 medios de comunicación nacionales y extranjeros.Le recomendamos: Así llegan a la Mesa de diálogo el Gobierno y el ELNLos debates arrancan este miércoles a puerta cerrada, según fuentes de la Cancillería de Ecuador, donde se celebrarán la primera y la última ronda de negociaciones. El resto se prevé en los otros países garantes. Esa interinidad es la que a muchos preocupa. Al ambiguo lenguaje que da forma a los seis puntos del acuerdo se suma la metodología que promete más "charlas" que "consensos". "En la soledad del avión, a punto de despegar, mis pensamientos están con mi papá y el sufrimiento de mi familia durante largos 20 años", trinó el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, quien participa de la instalación de la Mesa de diálogo. "Acepté invitación del presidente Juan Manuel Santos porque creo que sin perdón no tendremos paz", agregó. El proceso del ELN arranca cuando el de las FARC entra en la recta final. Este martes, cuando se conmemoran 14 años de uno de los atentados más atroces cometidos en el marco del conflicto como el artefacto explosivo que estalló en el Club el Nogal, en el norte de Bogotá, el país se prepara para buscar salidas negociadas con los hombres comandados por Gabino.También puede ver: Cinco razones para no creer en el proceso con el ELNEmpieza el recorrido del Gobierno y los elenos por el espinoso camino en busca de la paz. A partir de este martes, la guerrilla se alista para hacer rendir el combustible que permita llegar con la actual administración a hechos concretos e irreversibles de paz. Pese a los antecedentes, el proceso de paz con el ELN "se anuncia difícil" y diferente al que se desarrolló con las FARC, dijo el politólogo Frédéric Massé."EL ELN tiene reivindicaciones un poco más fundamentalistas que las FARC (...), quiere cambios mucho más profundos", dijo este profesor de la Universidad Externado de Bogotá. "No se presenta como un representante del pueblo, sino como un mediador. Para el ELN, es la sociedad la que debe negociar", agregó.La "participación de la sociedad civil en la construcción de la paz" es precisamente uno de los seis puntos de la agenda, que también incluye los de "democracia para la paz", "transformaciones para la paz", "víctimas", "fin del conflicto armado" e "implementación".La mesa se debía haber instalado en octubre, pero se retrasó por la exigencia de Santos de que fuera liberado un excongresista Odín Sánchez de Oca y de la guerrilla de que el Gobierno indultara a dos rebeldes presos y nombrara facilitadores de paz a otros dos.La entrega del militar Fredy Moreno Mahecha, que el ELN había capturado en Arauca la semana pasada, reforzó la confianza en el proceso. "Genera un buen ambiente", dijo el senador Iván Cepeda a la AFP. Sin esto, "la mesa habría empezado ya con cuestionamientos serios", explicó por su parte Kyle Johnson, del International Crisis Group.