“Nos quieren embolatar el metro”. Esa fue la frase que usó el alcalde de Bogotá Gustavo Petro no sólo para presionar que se mantengan los estudios para que se construya la primera línea del metro, también la usó para convocar a la que podría ser la última movilización del mandatario capitalino en su administración. El alcalde se puso a la tarea de impulsar para el 10 de diciembre, 21 días antes de salir del Palacio Liévano, una jornada de Día sin carro. A diferencia de las otras ocasiones,esta vez sería voluntaria. La idea que tiene en la cabeza el mandatario es que los bogotanos salgan a pedalear para que la entrante administración de Enrique Peñalosa mantenga la propuesta de que el metro se haga subterráneo.   “Lo que estamos proponiendo es que el 10 de diciembre los dueños o usuarios de carros hagan un esfuerzo por no usarlos ese día, que sea  voluntariamente. Hasta ahora ha sido por decreto, pero por el bien de los hijos, los nietos, hagámoslo sin el decreto”, dijo Petro. Este año la Administración Distrital realizó tres jornadas de Día sin carro las cuales no estuvieron exentas de polémicas que incluso terminaron en los estrados judiciales con demandas de algunos gremios que alegaban que la iniciativa era ilegal. Una de las razones es que la consulta popular del año 2000 sólo había autorizado un día al año. Petro ha utilizado estas jornadas para hacer movilizaciones. La última hecha el 22 de septiembre, cuando la Procuraduría elevó por segunda vez un pliego de cargos al mandatario, lo anterior por cuenta del decreto que firmó para establecer el Plan de Ordenamiento Territorial (POT).   Para el alcalde de Bogotá la construcción del metro se convirtió en un asunto de honor. En los últimos días desde su cuenta de Twitter ha reclamado que se mantenga este proyecto.