Minutos después de las 4 de la tarde aterrizó en el aeropuerto Eldorado de Bogotá el vuelo 422 de Air France que cubría la ruta París-Bogotá. Allí, y proveniente desde Shanghái, viajaba el taxista caleño Harold Carrillo, uno de los 144 colombianos condenados a la pena capital y presos en las cárceles de China por narcotráfico. Él fue repatriado por razones humanitarias, debido a que padece una enfermedad terminal. En medio del más absoluto hermetismo se produjo su traslado. A su llegada al país, Carrillo envió un mensaje a los colombianos. Arrepentido por haber llevado más de 2 kilos de cocaína, invitó a que ningún colombiano se deje tentar por el dinero fácil del narcotráfico. A Carrillo, esta aventura le significó, en principio una condena a muerte. Se le conmutó la pena a prisión perpetua. Tras un año en prisión fue diagnosticado con cáncer linfático. Los gobiernos de Colombia y China acordaron la repatriación y, para ello, le conmutaron la pena a 19 años de cárcel. El gobierno de Colombia se comprometió con la República de China a que Carrillo pagaría esa condena en una cárcel colombiana. Tras haber pisado suelo colombiano, Carrillo fue trasladado en ambulancia a un hospital donde fue sometido a chequeos médicos. En las próximas horas será puesto a disposición de un juez de ejecución de penas que definirá el establecimiento penitenciario en el cual deberá purgar la condena. Según cifras oficiales, para el 2014 en las prisiones extranjeras habíaunos 14.200 colombianos, de los cuales 123 estaban en China (en laslocalidades de Beijing, Shanghái, Guangzhou, Macao y Hong Kong) De estos, 111 están condenados o en juicio por narcotráfico. Lo quediferencia a estos connacionales de otros detenidos en numerosos paíseses que en China el tráfico es un delito mayor en el que las personaspueden recibir desde 18 años hasta cadena perpetua o la pena de muerte.