Este ha sido un año convulsionado. La última etapa de la elección presidencial culminó con una profunda polarización entre los colombianos. Algunos políticos, opinadores y periodistas cercanos a las campañas se dedicaron a sembrar valores negativos como la desesperanza y el odio. Y esa campaña obtuvo resultados. En las encuestas sobre percepción, la mayoría de los colombianos decían que el país iba por mal camino.